«José, sal de ahí y rápido, que harás de Lula un reo»

En junio de 2005 comenzaron a producirse denuncias de corrupción que involucraban al Partido de los Trabajadores y al menos a dos de sus aliados. Tanto el Gobierno de Lula como el PT rechazaron las acusaciones del diputado Roberto Jefferson, líder del Partido Laborista de Brasil. En una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo, el legislador reveló que el tesorero del PT, Delubio Soares, abonaba 12.000 euros mensuales a parlamentarios del Partido Progresista y del Partido Liberal. Los sobornos se habrían pagado entre agosto de 2003 y enero de 2005.

En la misma entrevista, Jefferson aseguró que había contado todo lo que sabía del 'mensalao' al propio Lula. Según su declaración, el expresidente lloró, lo abrazó y ordenó una investigación que terminó con las retribuciones.

El líder del Partido Laborista fue ampliando sus acusaciones, que alcanzaron al hombre fuerte de Lula. Según Jefferson, José Dirceu era el verdadero cabecilla de las maniobras para comprar voluntades políticas. Dirceu lo negó con vehemencia, pero se vio forzado a abandonar el Gobierno brasileño el 16 de junio de 2005 después de que Jefferson, durante una comparecencia en el Congreso y mirando a las cámaras de televisión, le recomendara: «José, sal de ahí y sal rápido, que harás de Lula un reo».

Da Silva, que gobernó Brasil con crecimientos anuales del 4%, redujo las enormes desigualdades del país e introdujo en la economía de mercado a 30 millones de ciudadanos que hasta su llegada vivían en la pobreza, dejó el poder con un 88% de popularidad.