Apuntes

Una clase cabreada

SECRETARIO PROVINCIAL DEL PARTIDO ANDALUCISTA EN CÁDIZ Actualizado: Guardar
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En la época de la transición, que vivimos del franquismo a la democracia actual, se produjo en gran parte gracias a una gran masa de españoles que daban la estabilidad y el equilibrio: eran las clases medias. Tenían muy claro que había que dar un salto en lo político, económico y social pero con tranquilidad, con sosiego, no se querían saltos al vacío. Hoy podemos decir que esa clase que dio la estabilidad social prácticamente ha desaparecido o va a quedar en la mínima expresión.

La crisis económica actual está atacando a la clase trabajadora pero también a la clase media. Además de fustigarla con el paro, le ha cargado el peso de pagar la crisis. Entre recortes e impuestos, el nivel de vida se le ha desplomado con la consecuencia directa de un desplome del consumo, lo que nos lleva al hundimiento de pequeñas y medianas empresas y, consecuentemente, al aumento del paro y de las perspectivas de crear otras nuevas empresas.

Esta clase media, o lo que va quedando de ella, sufre cabreada, mientras vamos destrozando nuestra estructura social ya que nos encontramos con un hundimiento de las economías particulares, vamos hacia una sociedad donde, grosso modo, quedarán los ricos y los que sobreviven, una sociedad radicalizada en los extremos en lo económico y consecuentemente en lo político.

La crisis está provocando un cambio muy fuerte. Las generaciones jóvenes van a vivir peor que sus padres y con menos posibilidad de futuro, siendo paradójicamente que unas generaciones en las que la sociedad ha gastado mucho dinero en formarlas, sólo les queda la emigración, los mejores que hemos formado se nos van. Una perdida de la sociedad que pierde músculo productivo para el futuro y no sólo ello, cada vez que se van un investigador se nos va una riqueza tremenda en patentes y en tecnologías lo que nos hará mucho más dependientes.

Las medidas para salir de la crisis acentúan esta situación y por eso es necesario que esa mayoría silente que forma la clase media hable y exija, porque en ello va su futuro ya no sólo su presente.

Desde Alemania dijeron hace meses que teníamos que bajar nuestros salarios y así se ha hecho, pues si suben los impuestos y suben los precios y los salarios se mantienen, como mucho, cuando no bajan o pierden pagas extraordinarias, esta claro que nos dictan el camino que debemos seguir. Sin embargo, todo el aparato financiero se mantiene incluso con ayudas públicas o créditos pero sin haber investigado las responsabilidades de los gestores.

Está claro que la sumisión a la Unión Europea o más concretamente a Alemania - que, por cierto paga poquísimo por el dinero que necesita su economía - nos está llevando a un nuevo tipo de sociedad neoliberal que no tiene nada que ver con nuestra cultura. Está claro que se quiere convertir todo lo público en un negocio, sin diferenciar materias esenciales como la sanidad, la educación o los servicios sociales de otros servicios que no son esenciales para la sociedad.

Está claro que vamos a salir de la crisis pero hay que determinar qué sociedad vamos a tener después de esto. No puede ser una sociedad que marquen los poderosos de siempre sino la mayoría, esas clases medias que están pagando la crisis. Una nueva sociedad donde vuelvan valores y principios, acabando corruptelas y fraudes, y no una sociedad donde los grandes defraudadores campan sin reparos, mientras que el personal de inspección fiscal sigue reclamando que se les de medios, pues ello bajaría a niveles muy manejables nuestro déficit público. Ni que se mantengan las sociedades instrumentales para que los ricos sigan pagando mínimamente sus impuestos mientras que los ciudadanos normales de la clase media pagan mucho más.

Por todo esto es necesario que la clase media tome la voz cantante pues se está gobernando contra sus intereses y ellos son la mayoría.