CLARIDAD Y SINCERIDAD

Decía Gaucci la semana pasada que el problema defensivo era algo de la prensa y no de la afición cadista. Supongo que tras el último partido liguero ante el San Roque de Lepe, y tras la reacción de la grada, ya le habrá quedado claro que en Cádiz se entiende de fútbol. La afición ya lo demostró el año pasado cuando a pesar de ser el equipo líder incontestable del Grupo IV, la satisfacción nunca fue plena, ya que existían muchas dudas de un equipo que estaba llamado a jugar mejor y ofrecer mejores sensaciones sobre el terreno de juego.

Como siempre, el discurso de Alberto Monteagudo estuvo muy cercano a la realidad. El entrenador habla con claridad, de forma llana y sincera. Dice lo que piensa y no hace de un penalti en el minuto 94 o de otro no pitado a Pablo Sánchez el eje de un discurso victimista que enfadaría aún más a la grada. Montetagudo se sienta ante la prensa y reconoce que la defensa genera dudas y que ahora es un auténtico problema. De forma sencilla, con naturalidad y sin alardes dice estar dispuesto a cambiar lo que sea, incluido el sistema, para dotar de solidez al equipo. Se agradece esa claridad, puesto que significa que el problema está detectado, pero ahora hay que solucionarlo con urgencia y eso es cosa, principalmente, del entrenador del equipo.

Hablar del mercado de invierno en este momento no tiene sentido, pero sobre todo demuestra bien a las claras que la plantilla ha estado mal diseñada. Solo ha pasado un mes desde el cierre del mercado de fichajes y llevamos 15 días hablando de lo que vendrá en diciembre. De momento hay que tirar con lo que hay y Monteagudo tiene que poner todos los medios para dotar de solidez al equipo. Es su responsabilidad.