Griñán es reelegido líder del PSOE andaluz con un severo voto de castigo

José Antonio Griñán llegó el viernes al congreso del PSOE de Andalucía que se celebra en Almería con una afirmación rotunda: «No tengo críticos». Pero los tiene, como se reflejó en el severo voto de castigo que cosechó al ser reelegido líder de los socialistas andaluces con el 71% de los votos y el 29% de abstenciones y papeletas en blanco. Consiguió el segundo menor apoyo de un secretario general del PSOE de Andalucía, pues solo Manuel Chaves tuvo un respaldo en menor en 1994, cuando fue respaldado por el 64% de los delegados.

El desgaste de Griñán ha sido notable y rápido porque hace solo dos años, en el congreso extraordinario en el que fue elegido secretario general en sustitución de Chaves, consiguió el 99,8% de los votos. Una pérdida de apoyos que se explica por las rencillas territoriales, pero también por la sorda disputa que mantienen en el PSOE los 'rubalcabistas' y los partidarios de la exministra Carme Chacón, los 'chaconistas', con los que se alineó Griñán en el congreso federal de febrero pasado.

El reelegido secretario general de los socialistas andaluces admitió que los críticos, los mismos que solo 24 horas antes negó que existieran, «querían otro» líder del partido. Griñán adelantó que ese sector no tendrá cabida en la comisión ejecutiva que saldrá del congreso de Almería. «Si no me han votado, ¿por qué van a estar en mi ejecutiva?» Un órgano directivo que, según dijo, tendrá que «organizar la organización» y no refugiarse en la actividad de la Junta de Andalucía para tapar sus carencias movilizadoras.

Con todo, la secretaria de Organización, Susana Díaz, que abandonará hoy el cargo, intentó poner paños calientes y afirmó que en el PSOE andaluz «no hay críticos. Hay distintas posiciones en las agrupaciones provinciales».