El cantante panameño Rubén Blades, durante una actuación. :: R. C.
Sociedad

«Cada diez años nos dicen que es la época de los latinos y es cuento»

Finiquitada su labor como ministro de Turismo panameño, vuelve a España este verano junto a Calle 13 y promete «salsa dura» Rubén Blades Cantante

MADRID. Actualizado: Guardar
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Hiperactivo es un adjetivo que se queda corto para explicar el estado de efervescencia creativa de Rubén Blades en los últimos años, desde que en 2009 dejó de ser ministro de Turismo de Panamá. Acaba de llegar a España, donde anoche actuó en La Coruña y hoy en Avilés, y regresará a finales de julio para pasar por el Salsa Latin Jazz Festival (en Madrid, el día 26; en Barcelona, el 27) y Cádiz (día 28). Además, Blades ha retomado su carrera como actor en Hollywood (estrenó en febrero 'El invitado', junto a Denzel Washington) y desgrana durante esta entrevista una lista de ¡16 discos! en diversas fases de preparación, incluido uno con sus compañeros de gira, Calle 13, y otro con Paco de Lucía «aún en conversación». También acaba de lanzar 'Eba say ajá', un álbum junto al salsero puertorriqueño Cheo Feliciano, y lo anuncia con un recado a los ciberpiratas: «Ya está a la venta, o disponible para ser robado, de acuerdo con la condición del lector».

A los 63 años, Blades, una de las figuras más relevantes de la salsa y la música popular lationamericana, certero analista social del continente y autor de canciones inmortales como 'Buscando América' o 'Pedro Navaja', sigue mostrándose inquieto, vigoroso y crítico con lo que ve a su alrededor.

-Parece que tras su paso por el Ministerio de Turismo ha retomado con muchas ganas su carrera musical. ¿Echó mucho de menos actuar durante sus años en el gobierno?

-Nunca le dije que no a la música: le dije sí a mi país. No extrañé ni la música ni el cine mientras trabajé en el servicio público porque simplemente cambié de escenario. El trabajo por mi país me ennoblece. Es lo mejor que he hecho y soy menos egoísta y mejor persona por ello. No es solo cantar, hay que hacer.

Sentido común

-¿Fue difícil la transición de artista a ministro?

-Solo la necesidad de ser paciente fue difícil para mí. El sentido común es lo primero que puede fallecer cuando uno se integra a la 'burrocracia' estatal.

-¿Le costó adaptarse a la forma de comunicación de la política y a una manera de hacer las cosas en la que hay que contar con mucha gente?

-Claro. Primero, porque no tuve jefe por más de tres décadas y de pronto estoy subordinado a la ley, al presidente, a la junta directiva, al país. Segundo, porque a veces tienes que darle la mano a gente a la que nunca tratarías en el plano privado. Tercero, porque no todo el mundo posee tu voluntad de servicio, ni tu nivel de imaginación, o educación. Lo primero que te dicen es «que no se puede» o «eso nunca se ha hecho».

-En los 90 se presentó como candidato a la presidencia del Gobierno de Panamá (y quedó tercero). ¿Tiene pensado repetirlo?

-Dependerá del nivel de apoyo popular que en realidad tenga. La mayoría de la gente quiere el omelet (la tortilla) pero sin que les rompan los huevos. Eso no es posible. ¿Para qué correr el riesgo de ganar una elección y que te abandonen los que quieren que sus antojos sean atendidos, pero sin aportar nada al bien común?

-Desde su larga experiencia como actor en Hollywood y como residente en EE UU, ¿considera que ha cambiado la forma en que los estadounidenses ven a los latinos en las últimas décadas?

-Un poco. Pero no se refleja eso en un respeto informado, ni en una influencia sostenida. Cada diez años nos dicen que es la época de los latinos y es cuento. Eso no llegará jamás mientras nos comportemos como tribus y no como una cultura coherente. Seguimos siendo dedos, nunca manos, cero organización unitaria, una voz común, un argumento compartido, entendido y defendido por todos. Y así no se llega a ninguna parte.

-¿Qué podemos esperar de los conciertos de su gira 'Cantos y cuentos urbanos' en España?

-Estamos trabajando desde hace tres años con la orquesta de Roberto Delgado, de Panamá. Son dos trompetas, tres trombones, teclados, batería, bajo, conga, timbales, bongos, piano. El género es salsa dura.