Una de las 316 acuarelas de la serie 'Historia de la Gente':: MUSEO ABC María Isabel Vigiola, viuda de Mingote, observa las ilustraciones de su marido :: EFE
Sociedad

Mingote, la gente y la familia Pérez

Reelabora su irónica 'Historia de la Gente', serie de la que el Museo ABC exhibe hasta septiembre 300 acuarelas originales El dibujante no pudo acabar su «obra maestra», 'Historia de los Pérez'

MADRID. Actualizado: Guardar
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El último día de su vida, hospitalizado y muy débil, Antonio Mingote pidió su ordenador para seguir trabajando. Estaba empeñado en terminar la 'Historia de los Pérez', convencido de que sería su «obra maestra». Pero la parca le impidió concluir su nueva visión de la historia del mundo a través de una familia muy común. Así lo explicó ayer María Isabel Vigiola, la viuda del maestro del humor gráfico, nacido en Sitges en 1912 y fallecido en Madrid el pasado tres de abril. Fue en el Museo ABC de Dibujo e Ilustración, que presenta otra obra magistral de Mingote, su '(Breve) Historia de la Gente'. Una serie tan diversa como ácida y risueña en la que el maestro describe «lo humano y lo inhumano de las personas», según Inmaculada Cocho, directora del centro.

El museo expone hasta el 2 de septiembre más de trescientos originales de las cerca de seiscientas acuarelas que componen esta divertida y lúcida historia de la humanidad que Mingote publicó entre 1980 y 1983 en 'Los Domingos de ABC' con el título genérico de 'Historia de la Gente'. El museo -que atesora más de siete mil originales de Mingote- exhibe 316 de las 554 ilustraciones de esta serie de tintas y aguadas, la segunda y mucho más libre sobre el mismo tema que elaboró Mingote. La primera, en blanco y negro, apareció en la revista 'Semana' en 1954, pero estaba lastrada por la censura de la que el genial humorista se liberó treinta años mas tarde.

«Esta segunda serie dice las cosas que años antes, con la censura, no pudo decir. Aliado con el color, se permite unos dibujos que no se hubieran tolerado entonces», explicó María Isabel Vigiola, que presentó los originales de su marido junto a Inmaculada Corcho, Soledad Luca de Tena, y el periodista Antonio Astorga, gran experto en la obra y la vida del genial dibujante. La exposición es un primer homenaje al creador, previsto antes de su fallecimiento. El Museo ABC prepara una gran antológica del maestro, que repasará su ingente obra y su influencia.

Curioso sin Google

Vigiola dio algunos detalles de 'Historia de los Pérez', un proyecto truncado y especialmente querido para Mingote. De concepción pareja a la 'Historia de la Gente', era otro repaso al devenir de la humanidad, pero a través de una saga familiar de su invención, los Pérez. «Tenía claro que iba a ser su obra maestra pero no pudo acabarla. Escribió todos los textos hasta 1936; quería forzar la máquina y seguir con ello tras terminar 'Diario de Hamlet', que será su obra póstuma», explicó Vigiola.

Relató cómo la historia había sido una de las grandes pasiones de Mingote, académico, narrador y guionista además de dibujante, que atesoraba cientos de volúmenes y ensayos históricos que consultaba siempre para documentar su irónico repaso del devenir de la Humanidad desde la Prehistoria hasta el siglo XX. «Tenía enorme curiosidad por todo, y consultaba continuamente libros de Historia. ¿Qué habría hecho de haber tenido hace años una herramienta como Google que facilita tanto las cosas?», se preguntó Vigiola.

Las cavernas, Babilonia, Egipto, Creta, Roma, Bizancio, el islam, la Edad Media, el Renacimiento, el Barroco, la Ilustración, la revolución industrial y la era espacial son episodios abordados por Mingote, que hizo siempre «lo que más le gustaba» según su viuda. «Hablar de la gente, es mi tema. Todo el mundo tiene uno, y el mío es el comportamiento estrafalario de la gente, su capacidad para las grandes heroicidades y las enormes tonterías, los aciertos pequeños y los errores inmensos», explicaba el mismo Mingote, que reconocía «tomar la historia de la gente antigua como pretexto para hablar de la gente de ahora». «Mi propósito es hacer una cosa divertida. No tengo más pretensiones, al menos no confesables», precisaba un Mingote que admitía su gusto por «hacer ver lo estúpida y cruel que puede ser la Humanidad, sobre todo a esas personas que se toman tan en serio a sí mismas, que toman lo de homo sapiens al pie de la letra». «Todos los fanáticos lo son porque se tomaron tan en serio a sí mismos. Mi objetivo no es predicar la virtud, ni la sensatez, ni nada», concluye un genio al que podemos ver en un vídeo del verano de 2011 en el que aparece en su salsa, entre lápices y pinceles en su estudio. Una labor que comentan compañeros de profesión como Peridis o Forges

Desconoce la viuda de Mingote cuántos dibujos hizo su marido en más de seis décadas. «Quizá entre cien mil y un millón», aventura. Un legado atesorado en cientos de cajas de cartón que ordena y cataloga «con mucho cariño».

«Antonio trabajaba sin descanso de la mañana a la noche y hasta sus últimas días, en los que hacía los bocetos en el dorso de papeles usados», concluye Vigiola.