El piquete ejerció presión para que cerrara su puesto pero no lo consiguió. :: ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

Pero Antonio dijo «no»

Un detallista del mercado central se enfrenta al piquete informativo y se niega a cerrar su puesto de fruta

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Hay decisiones que hay que meditar mucho antes de tomarla, y seguro que al propietario del puesto 93 del mercado de abasto llamado 'Er Coní' le costó lo suyo decidir abrir durante la huelga general y a sus trabajadores apoyarle en esta decisión, puesto que fueron los primeros en abrir la baraja y colocar la fruta en el mostrador. Pero esta historia no la protagoniza el propietario quien se mantuvo en un segundo plano sino sus empleados que decidieron no apoyar la huelga, defender su derecho y llevar a casa el sueldo de otro día de trabajo, entre ellos Antonio.

Pasaban las diez de la mañana y los ánimos estaban bastantes caldeados después de un enfrentamiento entre algunos miembros del piquete informativos que llevaban la noche sin dormir y un directivo del Carrefour cercano. La presencia policial había apaciguado parte de los ánimos y los manifestantes se dirigieron hacia el mercado central sorprendidos de que estuviese abierto ya que en la pasada huelga general las puertas estaban cerradas. Allí se encontraron con el puesto 93 de frutas que estaba abierto e incluso atendiendo a algunos clientes. Uno de los trabajadores estaba despachando dentro del cubículo y otros dos en la puerta defendiendo su derecho a trabajar. El piquete, que por unos momentos dejó de ser sólo informativo, intentó persuadir a los empleados para que abandonaran sus puestos de trabajo y cerraran el puesto, aunque sólo fuese mientras ellos estuviesen allí. Pero Antonio, uno de los trabajadores dijo «no». Los gritos subieron de volumen y llegaron las amenazas. «Nos hemos quedado con el número y ya no vamos a comprar más aquí, vamos a dejar de ser tus clientes», gritaban unos mientras que otros los tildaban de «traidores» y «pocos solidarios», pero Antonio se mantuvo firme y dijo «no».

La llegada de varios agentes de la Policía Nacional acudieron ante el puesto para respaldar a este trabajador en su derecho a no apoyar la huelga y algunos miembros del piquete informativo abandonaron el puesto. Pero hubo un pequeño grupo que volvió a su función informativa y explicó las principales razones por las que estaban participando de la huelga y la manera en que afectará a los trabajadores la nueva reforma laboral. En ese momento Antonio pidió comprensión. «Tengo un hijo de cuatro años y no me puedo permitir hacer huelga aunque quiera, estoy en mi derecho tanto de hacer huelga como de trabajar» y escogió lo segundo.

Lo fácil para Antonio hubiera sido mirar a su jefe que estaba a pocos metros de distancia observando y haber cerrado el puesto durante unos minutos pero defendió su postura. Esto hizo que otros detallistas como el propietario de una carnicería y otro de una pescadería subieran la persiana para iniciar su jornada laboral, lejos ya de la presión del piquete informativo.