EL MARCADOR

SILENCIO, QUE HABLAN LOS MAYORES

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Eso sería lo que debería decirle algún dirigente del Xerez a Lesma López si tuviera la oportunidad de cruzarse con el árbitro madrileño. No sería nada nuevo contar a día de hoy la película porque sería como desvelar ahora el final de 'El sexto sentido'. Lo que queda del incendio de este pasado sábado en Gerona son las cenizas de una plantilla dolida, un técnico enfadado y un director deportivo resignado que se ha visto ya en tres ocasiones diferentes un partido para olvidar por muchos motivos, pero, sobre todo, porque deja al Xerez sin la oportunidad de sacar cabeza, alejarse de la zona baja de la clasificación y, porqué no, mirar un poco a la parte alta, tan pretendida en pretemporada y tan inaccesible ahora.

Pero no todo va a ser por Lesma, que quede claro. El amigo Joselu (ese es el nombre de pila del colegiado madrileño) es solo un piedra más en el camino azulino, es la realidad, pero lo cierto es que se ha convertido en un vendaval de reacciones.

Tal vez la que más se echa en falta sea la del propio club. Jugadores, cuerpo técnico y secretaría técnica ya han mostrado su rechazo a la actuación arbitral sufrida. La afición, la que siempre sufre más que nadie, también lo ha hecho a través de tertulias, foros o redes sociales. Pero, ¿dónde está la directiva? ¿Dónde está el presidente o el consejero delegado ahora que hay que dar un golpe en la mesa? El Xerez tiene en casa al mejor intermediario, Barea López, con muchos años de árbitro en el fútbol profesional y buenas relaciones con Sánchez Arminio, jefe del comité de trencillas. La reunión con el presidente parecía que iba a ser inminente, pero por ahora solo se ha editado un vídeo para recurrir la amarilla a Mendoza y a José Mari. El resto, lo premeditado de una actuación lamentable, aún está por estudiar.