elecciones | 25m

Arenas confía «en la Andalucía interior» para cerrar el círculo

Después de conquistar «las capitales y la Costa», el candidato popular intenta pescar en el principal sustento de votos del socialismo. Después de ganar las municipales y la generales, el PP anhela el 'triunvirato'

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En cada localidad andaluza que visita, sus acólitos del partido recuerdan algún mitin o acto sectorial del Partido Popular de Andalucía celebrado en su territorio que, para los nativos, significó un punto de inflexión en la carrera política de Javier Arenas hacia el gobierno de la comunidad autónoma. Dos Hermanas guarda el 'espíritu', Almería fue el 'impulso', Antequera tiene un 'santuario', según su alcalde, Manuel Barón. Arenas tiene a Montesquieu. «Los gobiernos que duran mucho se descomponen poco a poco», cita cada vez que recuerda. Habla del PSOE y de sus tres décadas al frente del ejecutivo autonómico. De ese desgaste que supuestamente produce la estancia en el poder y que, a priori, produce hastío en el electorado. Es uno de los pilares en los que los populares basan desde hace años su defensa de la alternancia.

El ensayista ilustrado Montesquieu fue uno de los impulsores de la separación de poderes sobre el que se cimientan los debates modernos sobre los gobiernos. Arenas habla de otro tipo de separación y de un solo poder. Pretende separar al socialismo andaluz del poder ejecutivo y lo hace apoyado en la rampa de lanzamiento que le ha 'concedido' el judicial -la trama de los ERE-, con el objetivo de llegar a legislar sobre las competencias que concede a Andalucía su Estatuto de Autonomía sin contradecir nunca la Constitución. Puede legislar sobre sanidad, sobre educación, sobre asuntos sociales, sobre medio ambiente... Sobre todo lo que compete a cada comunidad.

Para lograrlo, necesita la mayoría absoluta y tener el quórum de 55 escaños que se necesita para gobernar en solitario y con una oposición que no frene la toma de decisiones. El panorama perfecto sería un ascenso medio de un escaño más por cada una de las ocho provincias andaluzas. Esa meta solo la puede conseguir rascando votos uno a uno. Los últimos comicios municipales dieron como ganador global al PP en Andalucía. Las elecciones generales del pasado mes de noviembre incrementaron esa tendencia ascendente. Tan solo falta Andalucía para que Arenas y los suyos alcancen la cuadratura del círculo, que ayer en Antequera reclamó el edil de la localidad. Y la clave, para Arenas, está en la «Andalucía de interior». Tiene las capitales, tiene el litoral, como recordó ayer. Le resta convencer al principal sustento del partido socialista. Es la llamada Andalucía rural.

«Si ganamos es porque los vientos de cambio han llegado al interior, esa que algunos llamaban la Andalucía profunda», proclamó. Como «gaditano de la sierra», natural de Olvera aunque criado en Sevilla, aspira a que esa Andalucía de interior, «la que más ha sufrido, nos lleve en volandas al gobierno del 25M». Entiende que esa parte del territorio andaluz «ha confiado muchísimo en los actuales gobernantes» y esa confianza, después de 30 años de gobiernos socialistas, solo ha servido «para que tengamos el doble de paro».

Reconocimientos al PSOE

Pese a todo, el Arenas moderado, el que no habla de los ERE -ayer en Mairena del Aljarafe por la mañana y en Antequera por la tarde, sin dejarlo en el tintero, pasó algo más de puntillas por el tema- no rehuye para reconocer ciertos méritos a los adversarios en sus gobiernos. Acepta que el PSOE «ha hecho algunas cosas bien, seguro». Pone de ejemplo las infraestructuras actuales: «No las teníamos hace 30 años». Aunque matiza que «los fondos de la Unión Europea ha ayudado». Y hace un símil extraterrestre para justiciar su floreada: «Quien lo niegue está viendo un ovni». De ahí pasa al ataque, habla de liderazgo andaluz «en fracaso escolar» y centra sus objetivos del cambio: empleo, formación, educación y sanidad. La flor del piropo se torna en espada. De infraestructuras, precisamente, habla allá donde va. Lo hace en clave local, para dar lo que sus audiencia quieren oír. También de reformas: «No vengo a recortar, vengo a reformar la gestión. No venga a gastar menos, vengo a gastar mejor».