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Evacuación a golpe de motín

La tripulación del 'Costa Concordia' se rebeló ante la pasividad del capitán e inició el desalojo del pasaje

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El número de muertos en el naufragio del 'Costa Concordia' del pasado viernes, un crucero con más de 4.200 pasajeros, subió ayer a once, con 21 desaparecidos, mientras la atención se centraba en reconstruir lo que pasó en las horas que siguieron al choque con un arrecife de la isla del Giglio, en el litoral toscano. La conducta del comandante, Francesco Schettino, encarcelado desde el sábado por imprudencia y abandono de la nave y puesto ayer bajo arresto domiciliario, es cada vez más controvertida. La tesis es que decidió aproximar el barco de forma temeraria a la costa como un favor a dos personas del pueblo, un miembro de la tripulación y un excapitán jubilado, pero la gran novedad de ayer es que, debido a su actitud, se produjo un motín a bordo entre los oficiales.

Ha salido a la luz en la investigación judicial. El impacto que abrió una vía de agua en el buque se produjo a las 21.42, pero una hora después el comandante seguía sin decidir nada, minimizando la gravedad de lo ocurrido en sus conversaciones con la Guardia Costera, y pegado al teléfono. Entonces, según varios medios, algunos oficiales, dirigidos por el segundo comandante, Roberto Bosio, en desacuerdo con su superior, decidieron empezar por su cuenta la evacuación de la nave a las 22.45 horas. De hecho, Schettino no la ordenó oficialmente hasta las 22.58, y fue por las presiones de la Guardia Costera de Livorno. Se perdió un tiempo precioso, pues el crucero empezó a inclinarse a las 23.15, y la salida de los botes se complicó enormemente.

La conclusión, visto lo que ha ocurrido, es estremecedora: desde el impacto con una roca hubo hora y media de total estabilidad del buque, que hubiera bastado para organizar una evacuación en buenas condiciones y con garantías de éxito. El diario italiano 'La Repubblica' recoge el testimonio esclarecedor de uno de los oficiales, filtrado de su declaración al fiscal: «Podíamos haber hecho bajar a todos los pasajeros con las chalupas por ambos lados sin problemas. Habríamos llegado todos a tierra sin ni siquiera mojarnos los pies», aseguró el oficial Alessandro Di Lena.

Panorama «terrorífico»

En el puente de mando muchos tenían clara la gravedad de la situación desde el primer momento. Tras el choque el comandante envió a la sala de máquinas al primer oficial para que comprobara los daños y describió un panorama «terrorífico». «Tenía literalmente el agua hasta el cuello», declaró al fiscal. Estaban inundados los motores, los generadores y los cuadros de transmisión eléctrica. Pero pasaban los minutos y Schettino seguía al teléfono consultando qué hacer a la empresa. Ya había saltado la luz, como han contado los pasajeros, a quienes se comunicó que se trataba de un simple problema eléctrico. En el puente repetirán esta explicación a las 22.14 a la Guardia Costera y solo admitirán «una vía de agua» a las 22.26.

Entretanto el 'Costa Concordia' se dirigió hacia el puerto de la isla del Giglio, donde acabó encallando a apenas 500 metros de la boca del embarcadero. Según la versión de Schettino, fue una maniobra de seguridad tras el choque con el escollo. Ayer lo repitió en el interrogatorio al que fue sometido en la Fiscalía de Livorno. Según manifestó su abogado, se habría jactado de haber salvado «miles de vidas». También dijo que nunca abandonó la nave, aunque las llamadas grabadas por la Capitanía de Puerto de Livorno, que han aumentado la polémica, lo desmentirían. Argumentó igualmente que tras bajar no podía volver a bordo, como le ordenaron, porque la nave se había inclinado.

Sin embargo, ni siquiera la propia ruta final del navío obedecería a las órdenes de Schettino. Según la investigación de la Capitanía de Livorno, el buque, con los motores inutilizados, fue simplemente arrastrado por la corriente hasta el litoral. Es decir, estaba sin control. Tras el interrogatorio, en el que Schettino respondió a todas las preguntas, el fiscal pidió mantener su encarcelamiento, pero la juez finalmente decretó el arresto domiciliario se ha pedido someterle a un examen toxicológico, para comprobar si había tomado sustancias estupefacientes.

La empresa encargada de extraer el combustible ha anunciado que comenzará hoy los trabajos. Son 21 cisternas con 2.200 toneladas de carburante. Se necesitarán, como mínimo, dos semanas para recogerlo.