Amplio rechazo político y social al tijeretazo de la Generalitat de Cataluña

El anuncio de la segunda oleada de recortes de la Generalitat recibió ayer el rechazo frontal de UGT y CC OO, el sindicato Médicos de Cataluña, enfermeros, usuarios de la sanidad y del transporte público, asociaciones de consumidores y vecinos, universitarios, así como de toda la oposición, PSC, ERC e ICV. El plan de la Generalitat para ahorrar mil millones para que el déficit no supere el 1,3% del PIB en 2012 solo cuenta con la comprensión del PP, el Colegio de Médicos, las patronales y los farmacéuticos.

El invierno se presenta, por tanto, caldeado desde el punto de vista social en Cataluña y las dos huelgas de médicos y universitarios que se celebraron en plena campaña electoral podrían tener continuidad en los próximos meses. De hecho, los sindicatos no se han esperado ni a conocer el contenido completo del plan del Govern para anunciar movilizaciones. Y es que tanto UGT como CC OO consideran «inadmisible» un nuevo recorte salarial para los funcionarios, después del 5% aplicado en 2010 y la congelación de este año. La Generalitat aún no ha concretado cifras, pero sí precisó que la reducción afectará a las dos pagas extras que perciben los trabajadores públicos y no será lineal.

En cualquier caso, la medida que más polvareda ha levantado es el ticket moderador, un sucedáneo del copago y que consiste en una tasa que tendrán que pagar los pacientes por cada receta farmacéutica dispensada por el médico. Se desconoce aún a cuánto ascenderá este peaje o «copago encubierto», como lo calificó la Coordinadora de Usuarios de la Sanidad, que trasladó la indignación que existe entre los pacientes. También entre el colectivo de médicos y enfermeros, que mantienen una dura disputa desde hace meses con la Consejería de Salud. El sindicato Médicos de Cataluña advirtió al Govern que las comunidades no tienen competencia para imponer tasas sobre los precios de los fármacos, mientras el Colegio de Enfermería señaló que la sociedad no debe pagar los «platos rotos» con las tasas.

Este enfado social también se dejó notar en el Parlament. Porque con el segundo plan de recortes de la legislatura, Artur Mas, que gobierna sin mayoría absoluta, necesita seis escaños para lograrla, se cierra casi todas las puertas posibles para aprobar los presupuestos de 2012. PSC y ERC dejaron claro ayer que si quiere contar con su apoyo deberá echarse atrás con los ajustes porque afectan a las clases medias y bajas. Como parece poco probable que rectifique, al Govern de CiU solo tiene el recurso del PP.