Tribuna

El turismo: un motor de progreso

CONSEJERO DE TURISMO, COMERCIO Y DEPORTE Actualizado: Guardar
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El interés por descubrir y conocer nuevos lugares para establecer relaciones comerciales, políticas, culturales o militares forma parte de la condición humana desde el comienzo de los tiempos. Esta inquietud ha generado movimientos pequeños pero constantes de personas anónimas, aventureros y personajes relevantes que han escrito la Historia. Si bien lo que hoy conocemos como turismo es un fenómeno moderno que inicia su despegue real a mediados del siglo XX, cuando el aumento del poder adquisitivo de las clases medias y los avances en los medios de transporte, permitieron desarrollar un modelo de tipo colectivo. Este flujo alcanza actualmente una gran magnitud y repercute de forma significativa sobre el lugar donde se establece.

De hecho, el turismo ha demostrado sobradamente su capacidad para convertirse en motor de desarrollo sostenible y eficiente de cualquier territorio desde un punto de vista económico. Atendiendo a una perspectiva social también tiene un efecto notable, puesto que gracias a estos desplazamientos millones de personas de diferentes culturas y modos de vida pueden encontrarse hoy más que nunca. Según la propia Organización Mundial del Turismo (OMT), unos 940 millones de turistas viajaron en 2010 a países diferentes del suyo, generando con ello una interacción que representa una enorme oportunidad para avanzar en la tolerancia, el respeto y el entendimiento mutuo.

Esta es, precisamente, la reflexión que nos propone hoy el Día Mundial del Turismo bajo el lema 'Turismo y acercamiento de culturas'. Y en pocos lugares del planeta como en Andalucía se podría aplicar este enunciado con más sentido. Nuestra comunidad ha sido escenario de una historia milenaria de convivencia entre civilizaciones. Griegos, fenicios, cartagineses, árabes y romanos, entre otros, ya dieron cuenta en los escritos de la Antigüedad de la riqueza de esta tierra y de su condición privilegiada. Ha sido ejemplo de entendimiento y respeto entre religiones y de intercambio cultural. Un puente con el continente americano, puerta de entrada a Europa y nexo con el norte de África.

Esta fusión en el devenir de los siglos ha dejado huella en nuestro patrimonio monumental-cultural, en nuestras costumbres, en nuestras tradiciones, en nuestra gastronomía y, cómo no, en nuestra manera de ver, comprender y vivir la vida. En definitiva, ha configurado una idiosincrasia única, auténtica, que atrae cada año a millones de viajeros. Es nuestra Andalucía típica, la misma que ha llegado a nuestros días con una oferta turística diversa; una cultura empresarial y una experiencia envidiable; una planta hotelera de alta calidad; más de 2.300 kilómetros de autovía; tres capitales -Sevilla, Córdoba y Málaga- enlazadas con la red AVE; e instalaciones aeroportuarias de primer nivel, por citar sólo algunos ejemplos de los principales hitos de su desarrollo.

Con estos atributos, pocos destinos en el mundo resisten la comparación. Y es que en Andalucía nos dimos cuenta hace ya algunas décadas de las puertas que podía abrir el turismo, de su capacidad para generar cohesión territorial y de su efecto multiplicador sobre otros segmentos. Hasta tal punto que hoy constituye una actividad estratégica, con el 11% del Producto Interior Bruto (PIB) regional, 320.000 empleos y unos ingresos superiores 15.000 millones de euros anuales. Una industria que, además, en la situación actual de crisis económica ha demostrado una solvencia y una pujanza inigualables por parte de ningún otro sector productivo de la comunidad andaluza.

Es más, los resultados de los principales indicadores de la actividad turística ponen de manifiesto que, en estos momentos, nuestro destino está instalado de nuevo en la senda de los registros positivos. Así, los datos cerrados del primer semestre de 2011 indican que Andalucía incrementó un 4,1% la cifra de visitantes hasta los 10 millones, lo que supone la mayor tasa de crecimiento desde 2006; mientras que el gasto acumuló un repunte del 4,1% y las pernoctaciones del 5,4%, gracias, sobre todo, al extraordinario comportamiento del mercado internacional. Esta evolución también ha tenido su reflejo en el mercado de trabajo, ya que, por primera vez desde el comienzo de la crisis, en este periodo creció la cifra de ocupados casi un punto. No obstante, la vinculación entre estos registros y el empleo debería ser mayor.

En este sentido, igual que los empresarios han comprendido los beneficios de invertir en calidad o en tecnología, deben asumir que hacer un esfuerzo en garantizar el empleo estable y la formación supone contribuir a la fidelización de viajeros y, por tanto, a la evolución de sus negocios y de la economía. El Gobierno regional está haciendo un gran esfuerzo por seguir apoyando al sector en todas las áreas relacionadas con el itinerario turístico que desarrolla cada visitante a Andalucía, con el objetivo de facilitar al máximo la labor de empresas y profesionales, así como para crear un clima de confianza, estabilidad y excelencia que nos favorezca a todos. Como principales iniciativas, destacan nuestra política de marketing; la creación de nuevos productos mediante una intensa inversión en el territorio que se desarrolla a través de 80 programas; el Plan de Calidad, el centro de innovación Andalucía Lab, la Comunidad Turística o el Fondo de Apoyo a Empresas Turísticas y Comerciales.

Nos encontramos en un momento fundamental para nuestra economía que nos debe hacer pensar sobre lo que somos y sobre dónde queremos llegar. Andalucía tiene que seguir siendo un destino de primer orden y debe salir reforzada de la coyuntura actual, un reto ambicioso pero alcanzable, que exige la adopción de una política turística basada en una mayor coordinación entre las administraciones públicas y en la implicación del sector privado. La situación requiere un aporte extra de trabajo e imaginación para el que podemos tomar como inspiración la senda que nos propone José Ortega y Gasset: 'Solo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos'.