ESPAÑA

El jefe del Ejecutivo quiere irse sin hacer ruido

MADRID. Actualizado: Guardar
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José Luis Rodríguez Zapatero quiere que sus últimos días al frente del Gobierno pasen sin demasiadas alharacas. El lunes comparecerá ante la prensa tras aprobar el decreto de disolución de las Cortes con el que se iniciará la cuenta atrás de 54 días para las elecciones generales, pero sólo hará una declaración institucional.

Zapatero siente que ya ha tenido suficientes despedidas y que ahora es el momento de los candidatos. Ya avisó que no tenía intención de hacer mucha campaña y que permanecerá en sus 'cuarteles' supervisando la prima de riesgo de la deuda española. Ha decidido irse apagando poco a poco y dosificar su presencia política, como si la transición hacia su nueva vida de 'civil' hubiera empezado ya, sin esperar siquiera a traspasar la frontera del 20-N. En los próximos meses sólo ofrecerá, con seguridad, tres conferencias de prensa y todas serán fuera de España: una en Bruselas, tras el Consejo Europeo; en Paraguay, durante la Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar el 28 y 29 de octubre, y en Cannes, en la reunión del G-20 prevista para el 3 y 4 de noviembre.

Una vez fuera del Gobierno se trasladará a León. Es allí donde quiere instalar su oficina de expresidente, para la que contará con un presupuesto oficial de unos 71.000 euros. El Estado pondrá a su disposición además dos empleados, coche, transporte gratuito y seguridad. Ese será su refugio, León y el Consejo de Estado, al que no necesitará acudir más que una vez al mes cuando se celebren plenos. Tiene intención de mantenerse alejado de los focos. No quiere ser como Felipe González, ni como José María Aznar