LA PARCELITA

NUESTRO VERANO

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Cuando la mayoría de los españolitos están inmersos en superar el tan traído y tan llevado «síndrome postvacacional» resulta que aquí es cuando empieza nuestro auténtico verano. Es curioso, o al menos a mí me lo parece, para los informativos nacionales cuando algo no ocurre en Madrid o Barcelona, simplemente no sucede. Si hay un puente y de estas dos grandes capitales escapan dos millones de habitantes a otras latitudes para expansionarse se anuncia el caos circulatorio por activa y por pasiva. Si Madrid está vacío en agosto (cómo va a estar) toda España está de veraneo. Con el tiempo sucede lo mismo, si llueve, nieva o truena en la capital, todos tenemos que tener frío y sacar los edredones, ¿no tiene guasa la cosa? Pues resulta que no, miren ustedes, señores informadores, cuando se van los capitalinos es cuando para nosotros comienza el auténtico veraneo. Desde siempre, el mes de septiembre es el mejor mes de playa y es cuando la aprovechamos los gaditanos. La pasada semana pude disfrutar en la Caleta y en la playa de Cortadura de unos días pletóricos. No tuve ningún problema para instalar mi silla y poder leer, tomar el sol o contemplar la inmensidad de nuestras playas sin tener encima (a medio metro) las sillas o las sombrillas de otro. No tuve que escuchar las conversaciones telefónicas de nadie a mi lado ni oler los protectores solares con los que se embadurnan cada vez que toman el sol. Las playas gaditanas, en septiembre, son para nosotros y es cuando podemos disfrutarlas en toda su plenitud. Lo siento por ellos pero ahora, cuando se están atiborrando de trankimazines y lexatines para superar su vuelta a la vorágine, es cuando nuestro veraneo es más placentero. Por eso, además de por otras muchas cosas, no me arrepiento de vivir aquí.