El gran vigilante de las cuentas de los estados miembros

Las iniciativas de Merkel y Sarkozy incluyen la formación de un nuevo ejecutivo económico, integrado por jefes de Estado y de Gobierno, y liderado por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, durante un mandato de dos años y medio. Le tocaría ejercer de puente con el Banco Central Europeo -donde un presidente italiano está a punto de sentarse en el sillón hasta ahora ocupado por el francés Trichet-, así como de gran vigilante de los planes exigidos a los países rescatados por los fondos europeos, y de la ortodoxia presupuestaria del resto. Van Rompuy aceptó encantado, pero habrá que esperar a la decisión del conjunto de los países miembros. La Comisión Europea se ha plegado a este recorte de sus funciones. Y lo oculta su satisfacción por el apoyo prestado en el plan 'Merkozy' a la armonización del impuesto sobre las empresas y a la aplicación de una tasa sobre las transacciones internacionales.