Una de las curiosas fotografías de la muestra 'Ukraina Pasport'. :: LA VOZ
Sociedad

La otra cara de las fotos turísticas

La Kursala alberga hasta septiembre esta muestra que refleja un país casi inventado por el artista italiano Federico Clavarino expone en Cádiz su melancólica muestra sobre Ucrania

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La sala de exposiciones del edificio 1812 acoge estos días la visión del joven fotógrafo italiano Federico Clavarino. 'Ukraina Pasport' descansa en la Kursala hasta el próximo 9 de septiembre y supone un recorrido analógico por una sociedad a caballo entre presente y futuro. 28 imágenes ilustran una sala donde el autor ofrece su personal forma de concebir la fotografía, alejada de tintes convencionales y de un dibujo amable.

Un trabajo documental arriesgado que descansa en un temática social y política disfrazada con tintes turísticos. Clavarino dispara a la desidia de un país que mira hacia Occidente pero que vive en decadencia. Y para ilustrar la frustración, capta a mujeres voluptuosas en traje de baño, a niños en la playa, a unicornios de piedra, y a paisajes rurales que encierran cierto misterio y melancolía de un tiempo pasado que no vuelve.

«Todo acercamiento a un lugar al que no perteneces es interesante. Es siempre una experiencia en negativo, realmente ves lo que no tienes y lo poco que compartes con otras realidades. El viaje te revela todo lo que no eres, te ayuda a entender lo que eres», apunta el artista italiano.

Los personajes de la exposición presentan cierto recelo al cambio. Retratos encerrados en la amargura, desolados, pero acostumbrados a una vida tranquila.

Clavarino mezcla estos semblantes con imágenes de paisajes y realidades costumbristas que destapan una sociedad atrapada en la decadencia postcomunista. Todo ello como testigo de un país donde el tiempo no corre, donde los vientos revolucionarios no soplan, donde el alma se congela.

Tensión dramática

'Ucraina Pasport' supone una alegoría a una sociedad que bebe de la nostalgia. A partir de la realidad social y política de un país, Clavarino invita al observador a formar parte de un espacio único, Ukrania. Las fotografías presentan un país casi inventado para la ocasión por el artista. Las imágenes conservan en su lectura cierta tensión dramática acompañada siempre de tintes anacrónicos. Recuerdan a las obras de Vincent Van Gogh en el gusto por lo intrigante.

Así mismo define su concepción de imagen Clavarino: «La fotografía es una cuestión de tiempo y espacio discontinuos. Y es a través de esta discontinuidad y del vacío que se produce entre una fotografía y la otra donde se genera el discurso, por eso mis encuadres son tan cerrados. Me gusta explorar la cantidad de posibilidades que se puedan generar en la imaginación del espectador acotando hasta dejar muy poco en la imagen, crear silencios alrededor de lo esencial, dejar que reverbere».

Una idea formal que se apoya en el disparo a situaciones delirantes, oníricas . Y es que, a Clavarino le interesa la narración frente a la simple recreación del instante. Pretende enfocar una historia que hable por sí misma, un cuento real donde el observador adopte una postura determinada. Las fotografías no tienen sentido por separado, es decir forman parte de un todo emocional que desvela un camino a seguir en su lectura.

'Ukraina Pasport' es un trabajo excepcional, digno de una mención especial. Fiesta ediciones edita esta obra en un libreto carismático que actúa como llave de acceso al descubrimiento de los entresijos de Ukrania.