Adiós a 'El moreno de Cai' a los 76 años

«Muchos se han ido sin recibir el cariño de la gente y se lo merecían en vida. Sabía que tenía amigos, pero no que eran tanto». Con estas emocionadas palabras Manuel Moreno Pavón (Cádiz, 3 de diciembre de 1934- Cádiz, 31 de julio de 2011) agradecía en este periódico el pasado septiembre el homenaje que el mundo del Carnaval le dedicó en el Baluarte de la Candelaria. El comparsista por excelencia, uno de los carnavaleros más importantes del siglo XX, la mano derecha de Paco Alba, el hombre que transmitía sentimiento con las manos era así de sencillo. Tanto como para llevarse una gran alegría ante la portada que le dedicó LA VOZ el 23 de septiembre de 2010.

Otro homenaje que sumar a un grande del Carnaval que falleció ayer a los 76 años a las 8.15 horas. Lo hizo tras librar una admirable batalla contra la enfermedad que se lo terminó llevando, sin perder la sonrisa y rodeado de todos los suyos. Y es que el que siembra, recoge. Y 'El moreno de Cai' (como se le solía conocer) sembró campos enteros con su carácter humilde, sencillo y entrañable.

El que resalta estas cualidades es Julio Álvarez, director de la chirigota Los Joaquín Pamplina. «Puede sonar a tópico, pero Manolo era una persona excepcional, tanto en lo personal como lo carnvalesco», reconocía ayer emocionado Álvarez en el Tanatorio de Cádiz ante el que fue suegro de su hermano. Hasta estas instalaciones, fueron trasladados sus restos mortales y por allí desfilaron personas vinculadas al Carnaval en todas sus modalidades. Coristas y chirigotero rindieron sincero homenaje a este gaditano nacido en el barrio de Santa María en 1934 (desde ese barrio, la Asociación de Vecinos Tres Torres también quiso despedirse de él ayer). Pero quienes no faltaron ayer por las inmediaciones de la Zona Franca fueron los comparsistas. Tocaba descubrirse de nuevo ante el maestro de la comparsa, «la mano derecha de Paco Alba».

«La elegancia personificada», como reconocía ayer el comparsista Joaquín Quiñones. Mientras, otro comparsista, Antonio Martín, se deshacía en elogios ante la pérdida de esta figura del Carnaval: «Manolo nació para cantar copla a Cádiz por todos sitios. Ha sido un ejemplo de como un comparsista debe comportarse».

Tanto Martín como Quiñones tuvieron la suerte de tenerlo como «padre carnavalesco». Todo un honor para un carnavalero que se estrenó en 1953, con 19 años, en la chirigota 'Los acomodadores de cine', de Antonio Clavaín. Al año siguiente comenzó a forjar su leyenda como estrecho colaborador del mayor autor de la historia del Carnaval, Paco Alba, 'El Brujo' con 'Los sarracenos'.

De 1957 a 1973 Paco Alba guió sus pasos en agrupaciones como 'Los julianes', 'Los fígaros', 'Los hombres del mar', 'Los beduinos', 'Los senadores romanos', 'Los fabulistas', 'Los forjaores' y 'Estampas Goyescas'. Con Alba, además, recorrió España. «Estuvimos meses en Prince, en Madrid, o en El Oasis, en Sevilla», recordaba el propio Moreno a este medio el pasado septiembre. Tan solo se ausentó de su vinculación con Alba por su trabajo: empleado de una gasolinera durante más de 26 años.

El Falla no tenía secretos para él, hasta que se retiró en 2003. Antes ya había fundado y era presidente de la Peña Paco Alba. Después, le llegó la distinción del Antifaz de Oro. Y con ese reconocimiento, además del cariño de todo el mundo del Carnaval, se marchó. Viudo que fue primero de Gertrudis Llamas, ayer dejó viuda, Carmen Cabeza de Vaca, cinco hijas (Josefi, Mari, Chari, Loli y Eli), diez nietos y multitud de familia que ayer le daba el último adiós. Hoy, a las 11 de la mañana y en el Tanatorio de Cádiz, será la última oportunidad de despedirse del comparsista por antonomasia. El postrero homenaje, éste ya no en vida como el del pasado septiembre y ante el que él se expresaba así: «Todo el mundo dice que no quiere homenajes, pero sí... Lo que no puedes hacer es pedirlos».