Enrique Pamiés, el día que tomó posesión del cargo como nuevo jefe de la Policía del País Vasco, en septiembre de 2005. :: J. MONTES
ESPAÑA

«He sacrificado mi vida contra ETA»

Los otros dos imputados por el chivatazo niegan compartir «los fines» de la banda terrorista

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Debía ser un mero trámite de apenas unos minutos. El juez Pablo Ruz tenía que practicar la indagatoria a los tres imputados por el chivatazo. O, lo que es lo mismo, comunicarles que desde la semana pasada están procesados por colaboración con banda armada por el soplo al aparato de extorsión de ETA en mayo de 2006. En el caso del ex director general de la Policía Víctor García Hidalgo y del inspector de Vitoria José María Ballesteros fue así. El fiscal, Carlos Bautista, se limitó a preguntarles si «comparten los fines de ETA» y ambos respondieron que no de forma tajante. Y ahí terminó el trámite.

Sin embargo, Enrique Pamiés, el jefe superior de Policía del País Vasco, quiso ir mucho más allá e hizo uso de su derecho a rebatir el auto de procesamiento. Y lo hizo con un alegato de 14 páginas que leyó ante el instructor Ruz y en el que defendió su inocencia y mostró su enfado por el hecho de que se le acuse de colaborar con ETA, cuando él, como recordó su abogado José María Fuster-Fabra, ha participado en la detención de casi medio millar de miembros de la banda terrorista y en la desarticulación de 50 comandos, convirtiéndose en el «policía en activo que más teme ETA».

«Soy un policía que he pasado 29 años luchando contra una organización terrorista, que he sacrificado mi vida y la de mi familia por defender mi patria», explicó durante su discurso en el despacho del titular del juzgado número 5. «He acudido a muchos entierros de compañeros y amigos, he perdido parte de mi salud por estar sometido a una tensión tal que solo quien la ha soportado en los años más duros de la violencia terrorista puede entender», apostilló Pamiés, antes de confesarse «indignado» por el hecho de que «me acusen de colaborar con la misma ETA a la que tanto daño he hecho».

El mando policial acusado de haber sido la persona que a través de un móvil comunicó al supuesto recaudador de la banda, Joseba Elosúa, la inminente operación contra la red de extorsión terrorista, aseguró ser «inocente» y víctima del «error jurídico y moral» que ha supuesto que la Audiencia Nacional haya creído «acríticamente» el informe de equipo investigador que lideraba Carlos Germán, cuestionado por la cúpula de la Policía.

«¿Durante cerca de dos años he estado colaborando con ETA? Debo ser el mejor agente doble de la historia reciente», afirmó con sorna el imputado, antes de arremeter con dureza contra los investigadores que le han llevado al banquillo. «Probablemente nunca se llegará al descubrimiento total de los hechos como realmente se produjeron y, con ello, los verdaderos autores de los delitos», afirmó el policía, quien acusó al equipo de Germán de haber investigado como mucho el 30% del caso, cegando la posibilidad de que se conozca toda la verdad. Según Pamiés, los investigadores solo han tirado de «un hilo de la madeja» siguiendo «intereses políticos y mediáticos».

Solo una parte

Para el procesado, el equipo investigador, además de no haber analizado bien el chivatazo, impidió que el golpe al aparato de recaudación de ETA fuera mucho más potente. Así, explicó que «la operación Urogallo (denominación policial del caso Faisán) jamás hubiera supuesto la desarticulación del entramado financiero de ETA. Solo se hubiera acabado con una rama del tronco central, que todas las fuerzas de seguridad que trabajan en Euskadi conocían. Sí que se hubiera podido llegar más allá, pero las ansias de triunfo de un grupo de funcionarios y una pésima dirección hizo que esa operación se adelantase» impidiendo «resultados más efectivos».

Fuster-Fabra, a la salida del juzgado, insistió en las críticas al inspector Germán. «Aquí se ha cogido una verdad oficial, se ha cogido un culpable perfecto, Pamiés y Ballesteros por el cargo que ocupan y porque de esta manera desvían la atención de otras posibilidades», explicó el letrado en referencia al equipo investigador.

En sus recursos contra el procesamiento, la defensa de Pamiés ya aseguraba que «el auto descansa sobre una instrucción contaminada que debe acarrear su revocación y el comienzo de nuevas líneas de investigación» y tachaba las conclusiones de Germán como «absolutamente inconsistentes».