Éxito. Desde el pasado viernes, los hoteles de la costa no han dejado de recibir visitantes, como muestra la imagen de la recepción del Hotel Playa Victoria, durante la mañana de ayer. :: ANTONIO VÁZQUEZ
refugio para el empleo

El turismo se alza como el único sector productivo en la provincia

Mientras otras industrias pierden fuelle y arrojan a cientos de gaditanos al paro, el turismo resiste la crisis y se presenta como única salida real

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No es necesario desgranar los descalabros de la industria en Cádiz para saber que el modelo productivo al que estábamos acostumbrados en la Bahía está agotado. El cierre a la americana de la fábrica de componentes para automóviles Visteon ha empujado a un futuro incierto a casi 400 familias gaditanas y el último Expediente de Regulación Temporal de Empleo anunciado en Gadir Solar deja en paro a otros 209 trabajadores, al menos, durante seis meses. Estos han sido los últimos capítulos negros del empleo en la provincia tras un mayo movido con la amenaza de ERE en Alestis que finalmente quedó en un ERTE.

El rosario de cierres en la Bahía es demasiado largo. Esta es la parte vacía de la botella, pero si alguien busca verla medio llena, entonces tendrá que observar el líquido a través del cristal del sector turístico. En Cádiz, como en el resto del país, este motor económico es el que se ha revelado como el más resistente a la crisis.

En la provincia, lejos de perder importancia, se ha mantenido incluso en los años más complicados y desde el ejercicio pasado recupera el tono gracias, sobre todo, a la demanda del viajero extranjero. Se calcula que el turismo, incluida la hostelería, sostiene unos 40.000 empleos en la provincia, a pesar de que los atractivos de esta tierra no están explotados al cien por cien, un punto en el que coinciden todos los profesionales.

Según datos de la Junta, el turismo representa más del 11% del Producto Interior Bruto de la comunidad autónoma, un porcentaje que se eleva hasta el 14% en el caso de Cádiz. Ya es la primera 'industria' (como lo llaman desde hace tiempo en la Consejería de Turismo) en esta provincia.

Y lo es a pesar de que el sector carece de muchos elementos que generarían aún más empleo. Los profesionales consultados; hoteleros, políticos, empresarios de turismo activo, gestores de monumentos, coinciden en subrayar que queda mucho por hacer, por vender y por explotar. La primera carencia detectada es la falta de oferta complementaria. La planta hotelera se da por muy buena, de alta calidad y bastante nueva, pero se echa de menos una mayor presencia de actividades turísticas: desde una ruta guiada (que es lo más simple), más tiendas de recuerdos, turismo activo en el interior de la provincia, hasta un parque temático.

Cualquier cosa que genere experiencias en este destino, más allá del clásico y necesario sol y playa. Esto no solo pasa en Cádiz. En toda España, que es la segunda potencia turística mundial y hace falta que se ponga en valor la oferta complementaria.

La estacionalidad es la otra gran enfermedad endémica del turismo gaditano. En verano todo está vendido y con la planta hotelera a rebosar no hay problemas, pero esto cambia radicalmente con la llegada del invierno. Y es lo que denuncian los hoteleros. No se entiende que esa magnifica oferta de alojamientos (especialmente de cuatro estrellas), que se vende sola en verano, tenga que reducir sus plantillas al mínimo de otoño a verano, cuando en esta provincia hay atractivos turísticos para todo el año. Aquí sí que hay un yacimiento de empleo sin explotar, como apuntan continuamente los profesionales del turismo. Pregonando en el desierto.

Desde la Administración aseguran que hay apoyos a los empresarios (aunque todo es mejorable) y desde el mundo empresarial piden más ayudas, no tanto económicas, sino encaminadas a agilizar trámites y obstáculos burocráticos.

Otro frente abierto como nunca es el de la promoción. Antes era más sencillo vender un destino: se iba a ferias, se cerraban acuerdos con grandes intermediarios y poco más. Ahora cualquier pueblo perdido en el mapa de Asia puede ser competencia a través de internet. La Red se ha convertido en una oportunidad para captar viajeros pero también para perderlos. Y mientras el mundo de las comunicaciones y las relaciones cambia en Cádiz aún se debate si se irá como destino turístico único, no atomizado: la capital por un lado, Sierra por otro, playas por el suyo y Jerez por su cuenta. La mayor riqueza de Cádiz es su variedad pero ha de venderse como un solo producto para atraer a más viajeros con menos esfuerzo.

De las comunicaciones

Otro complejo capítulo es el de las comunicaciones. Todos los hoteleros demandan mayor actividad en el aeropuerto de Jerez, pero esta no llegará si no hay demanda de viajeros. Y de este modo no se sale de la espiral de carencias desde que cayeron los vuelos a la provincia y, por extensión, la pérdida de rutas como la de Madrid de Ryanair, que ha anunciado recientemente. Pero igual que el sector señala estas tareas por hacer también coincide en subrayar que el turismo es la única industria con futuro en Cádiz. Ninguno se baja de esta afirmación. Igual es el momento de empezar a escucharlos.