Sociedad

Los que tienen mas tirn

Nos acompaña, nos da tema de conversación, pero... ¡cuidado!, también es un falso refugio para huir de la realidad Verónica Fernández Guionista ('Hospital Central', 'Cuéntame'...) ¿Estamos hipnotizados? Pasamos 4 horas al día enganchados a la pantalla, lo que suman dos meses del calendario... Si nuestra esperanza de vida es de 81 años, hagan la cuentPepa Bueno Conductora del informativo más visto (TVE) Jorge Javier Vázquez 'Supervivientes' y 'Sálvame' (Telecinco) Manolo Lama Periodista deportivo (Cuatro)

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El tiempo será relativo, pero más o menos lo empleamos así: de doce meses que tiene el año, tres y medio los pasamos durmiendo, cuatro trabajando, solo uno de vacaciones... ¡y dos viendo la tele! España tiene cifras de récord: 3 horas y 54 minutos de consumo televisivo por persona y día, cuando la media mundial apenas pasa de 3 horas (mes y medio al año). La pasión por el fútbol, el interés por la información y el gusto por las series y los chascarrillos nos atrapan en el sofá.

Y a los que no tienen que trabajar, mucho más. Los mayores de 64 años forman el colectivo que más tiempo permanece frente a la pantalla, a razón de cinco horas y media, tiempo suficiente para meterse una película sin anuncios de las que emiten en la pública, un par de telediarios y hasta el programa de cocina y el comienzo del concurso de la tarde. A medida que la edad desciende, también el consumo, y los niños y adolescentes no ven la tele más de dos horas y media, lo justo para merendar y remolonear un rato antes de ponerse con los deberes.

En todo caso, es mucho tiempo. O más que antes. A comienzos de los años 90, con tres cadenas en el mando en lugar de treinta (la implantación de la TDT, el año pasado, multiplicó el número de canales en abierto), el consumo televisivo rondaba las tres horas generosas, casi una menos que ahora. El periodista Manuel Campo Vidal, presidente de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, ve dos motivos: «Es un gran medio de compañía y tenemos una oferta mejor que antes». Y un tercero para explicar el notable arreón de consumo en el año en curso (240 minutos en mayo, diez minutos más que en el mismo periodo del año anterior): la crisis. Con menos dinero para gastar fuera de casa, la tele ha sustituido a otras formas de ocio porque es gratis. Prueba de ello, el dato de enero de 2010, cuando se fijó el nuevo techo de consumo televisivo en España: 261 minutos, casi cuatro horas y media.

- ¿Es sano tirarse toda la tarde viendo la tele?

- La pregunta no es tanto si es sano o no, sino si es necesario, dice Fermín Bouza, catedrático de Sociología (Opinión Pública) de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense.

Su teoría es que, con todo lo modernos que son los plasmas y la última tecnología en alta definición y 3D, la televisión no representa más que la vuelta a los orígenes, a la vida de los pueblos: «Necesitamos compañía y no la tenemos porque el de al lado no es un compañero, es un competidor. Hace un tiempo la gente decía: 'vámonos del pueblo que todo el mundo sabe de todos', la gente huía del cotilleo» y ahora -concluye Bouza- corremos a refugiarnos en el chisme, como «mirones solitarios». «Anhelamos esa vida en comunidad de antes y la tele es un sucedáneo. Esta función la cumplen especialmente bien los programas del corazón. A Belén Esteban la conocemos todos, somos 'vecindonas' de Belén, sabemos de sus novios, de su hija... Estamos dentro de un sistema de afectos. Y no solo es cosa de las marujonas, es de todos».

Belén y todos los que salen por la tele no se han convertido en nuestros amigos, pero sí en nuestros conocidos. «Cuando yo presentaba el telediario recibí una carta de un chico de Valencia que me contaba que su madre había salido de una operación y que lo primero que hizo al despertar fue preguntar por sus tres hijos y por mí. Su hijo me pidió que le enviara una carta y al final estuvimos carteándonos un tiempo, se llamaba María y aseguraba que yo le hacía compañía», cuenta en un ejemplo muy gráfico Campo Vidal.

¿Pero no dice la teoría que la televisión nació (en España en 1956) para informar, formar y entretener? Pues no, también para hacer compañía. Y para más: «Tenemos más problemas de los que podemos gestionar, estamos en una sociedad con un trabajo descomunal y mal pagado, nos falta tiempo libre y no nos relacionamos», alerta Bouza. La solución, en el botón del mando. «La televisión ofrece consuelo, te permite salir de la realidad. Muestra vidas terribles y de mucha violencia en las películas, lo que en cierto modo reconforta. La televisión nos transmite la idea de que hay cosas mucho peores que las nuestras, y eso tranquiliza».

- O sea, que la denostada tele resulta que ahora es la panacea.

- No. Porque también te lleva a huir de la realidad. Antes la gente se movilizaba, se asociaba, denunciaba esto y lo otro en los sindicatos. Hoy hay algunas manifestaciones, lo estamos viendo ahora mismo, salen a protestar, pero no tienen nada que ver con los movimientos sociales de antes. La sociedad es individualista y solitaria por motivos, en gran parte, económicos y políticos. La insatisfacción te arrastra, te hace engancharte a la pantalla cuando antes te llevaba a asociarte en un sindicato, por ejemplo.

- Pues el fútbol parece el antídoto contra la insatisfacción.

- Con el fútbol la gente disfruta enormemente, así que no debe hacer mucho daño.

Bendito fútbol entonces, el deporte rey, el único capaz de hacer salir humo de los audímetros. El Mundial de Sudáfrica supuso una alegría nacional -últimamente tenemos pocas-, pero también dio un arreón al consumo televisivo y a los registros de audiencias, con picos por encima de los 15 millones (y casi otro tanto con los últimos cuatro clásicos Madrid-Barça), un récord histórico. Probablemente más gente veía 'Un, dos, tres', pero entonces no había manera de medir las audiencias.

Además del balón, también nos enganchan otras cosas. Las series españolas, eventos especiales como Eurovisión, los premios Goya... y los telediarios de TVE, los más seguidos desde hace casi cuatro años, con registros ocasionales por encima de los 5 millones de espectadores.

- La telebasura, los programas del corazón, la crónica negra... ¿No gustan tanto entonces?

- La estridencia siempre genera debate, se habla de telebasura y de programas del corazón... pero no es lo más visto. La serie 'Hispania' tiene más audiencia que Belén Esteban. Buen síntoma ¿no? -se felicita Manuel Campo Vidal-.

Ocasionalmente, sin embargo, se cuela algún programa de 'color' (rosa, amarillo o de tono menos chillón) entre el ranking de los más vistos. Dos ejemplos recientes, una emisión de 'Sálvame deluxe' correspondiente a febrero, que superó los 3 millones de espectadores; y el reciente reencuentro entre Isabel Pantoja y su hijo Kiko Rivera en 'Supervivientes', con seis millones de personas como testigo. Y quienes no lo vieron en directo lo habrán visto en internet, porque al día siguiente no se hablaba de otra cosa.

- Contestar a eso está llevando muchos años de investigaciones -reflexiona Bouza-. Pero mi hipótesis es que son los medios los que parecen decidir de qué hablar y qué pensar.

-¿Qué tienen nuestras series españolas que no tengan las americanas?

- Cercanía con el espectador, contamos sus problemas, recogemos sus códigos de humor y le mostramos parte de su historia. El espectador siente empatía por los personajes, conoce a los actores y siente que las historias están escritas para él.

-¿Qué gustan más, las historias de época, de piratas...?

- Ahora hay una oleada de series de época. Hace ocho años presenté dos proyectos así y me dijeron que nunca se podrían hacer en la televisión española. Pero volverán las series profesionales o las comedias

familiares. Son ciclos.

- ¿Una apuesta segura?

- ¡Ojalá lo supiera! Es evidente que hacer una serie de piratas supone un riesgo mayor que hacer una serie de instituto como 'FoQ'. Eso parece claro en la teoría, pero en la práctica...

- ¿Y la más arriesgada?

- Las series de abogados, excepto 'Anillos de oro' y 'Turno de oficio', no han tenido mucho éxito. En la industria dicen que estamos acostumbrados a los juicios americanos y que los nuestros son aburridos.

- ¿Una serie española para el recuerdo?

- Tengo que barrer para mi casa. Espero que 'Hospital Central' sea una serie para el recuerdo. ¿Hay alguien en este país que no sepa quién es Vilches?

- ¿Y una serie americana?

- 'Mad Men'. Ya quisiera estar el cine americano a la altura de alguna de sus series.

- ¿Sus personajes favoritos?

- Gimeno (Pablo Carbonell), de 'Hospital Central', un espíritu libre, tierno y divertido. Mercedes Alcántara (Ana Duato) de 'Cuéntame', porque tiene la entidad de muchas madres de España; y Luisma (Paco León) de 'Aída', que es un personaje con una poética del fracaso que me encanta.

- Un capítulo cuesta de 400.000 euros para arriba, ¿es rentable un desembolso así?

- Por supuesto. Las cadenas privadas no tirarían el dinero si sus productos no fueran rentables.

- Saca ventaja a Matías Prats.

- Matías es una referencia para la profesión, un señor con mayúsculas, un compañero, siempre tiene alguna gracia...

- El otro día le ganó Pedro Piqueras.

- Entonces te preguntas: ¿qué hicimos ese día? A Pedro le conozco desde la radio, somos amigos y nos queremos un montón.

- Juan Pedro Valentín habla maravillas de ustedes. ¿No es una jungla la de los informativos?

- Hay una elegancia estupenda que siempre me ha sorprendido y que he agradecido. En la primera línea las cadenas se juegan mucho, pero entre nosotros hay una cordialidad tremenda y una elegancia en las relaciones...

- Algunos informativos hacen noticia de la anécdota. No es el estilo de TVE.

- Hay una tendencia general a la 'espectacularización' que me preocupa muchísimo. Mi mantra es: solo los planos que ayuden a entender la noticia, los que añaden morbo deben quedarse fuera. Tenenemos que frenar el espectáculo, defender esto con uñas y dientes.

- Usted lo hace y gusta más que otros.

- Sí señora. Al final está visto que el espectador quiere noticias.

- Sustituyó a Lorenzo Milá. ¿Le dejó un regalito envenenado?

- No, me dejó un reto, yo sin retos me aburro. Lorenzo es el compañero que cualquiera quisiera tener. Nos mandamos muchos 'emails' .

- ¿Y si perdiera la corona de reina de las noticias?

- Pues espero ser lo suficientemente inteligente para saber que no es algo personal. Desde que nace nuestro hermano pequeño llevamos mal eso de ser destronados.

- ¿Cuántas horas trabaja?

- Físicamente estoy desde las doce, pero a las ocho de la mañana ya estoy en pie y siempre tengo las antenas desplegadas.

- ¿Y cuando no trabaja?

- Mi niña ocupa mucho tiempo. Y paseo mucho por la ciudad, me relaja. Por el campo, poco.

- 'Supervivientes' arrasa.

- Estamos muy contentos, está saliendo redondo. Tiene risas, llantos, disputas...

- 'Sálvame' también sube a veces a lo más alto.

- Llevamos dos años y estamos muy asentados. Mucha gente decía que nos íbamos a quemar pronto y tenemos una media de dos millones, que es una salvajada. Probablemente no nos estamos dando cuenta de lo que eso significa.

- ¿Se ve como el Rey Midas de la tele?

- No, quita, quita. Solo quiero trabajar y pasarlo bien. Vivo un momento muy bueno, pero pasará. No sé lo que va a durar.

- Es uno de los presentadores mejor pagados.

- Como no sé lo que ganan los demás...

- Pero sí sabrá lo que gana usted. ¿Se considera bien pagado?

- Sí, muy bien, pero es inmoral hablar de dinero tal y como están las cosas ahora.

- ¿Le duele que llamen telebasura a 'Sálvame'?

- No, es que me cansa, me aburre el término. Yo creo que hacemos arte todas las tardes.

- ¿Arte pop?

- Arte contemporáneo abstracto, sí, eso es.

- Emiten en horario protegido. ¿De verdad que 'Sálvame' es para todos los públicos?

- Intentamos cuidar el lenguaje, aunque a veces es inevitable que se te escape un 'coño'.

- Pero es que no es uno, son veinte 'coños'.

- ¿A ti no se te escapan?

- Sí, pero a mí no me ve la gente desde casa.

- Igual a tus compañeros de trabajo les molesta. En 'Sálvame' estamos pendientes, pero un día llegas enfadado, estás más irascible... Una vez dijo un crítico que la tele la hacían seres humanos y si yo me siento a ver la tele a las seis de la tarde quiero ver a gente que hable sin tapujos.

- ¿Usted qué ve?

- Soy fanático de 'El ala oeste de la Casa Blanca' y tengo un punto adolescente con 'Gossip girl'.

- ¿Qué le parece la 'compañera' de este reportaje, Pepa Bueno?

- La sigo mucho porque ya me gustaba cuando hacía 'Los Desayunos'.

Jorge Javier se despide, que se va a dar un chapuzón.

- Así me relajo.

- Meta a todos los tertulianos a remojo entonces.

- No, que si no estarían aburridísimos.

Millón y medio de espectadores españoles fueron al cine a ver 'Eclipse'. Pero el fin de semana del estreno, el último de junio del año pasado, la pasión vampírica competía con otra más arrolladora, la fiebre 'roja'. Dieciséis millones de espectadores vieron el histórico triunfo mundialista de la selección española en Sudáfrica. Unos pocos 'insumisos' futboleros se fueron al cine esa tarde. «Estábamos cuatro en la sala», recuerda Alejandro Alonso. Al salir del cine pasó por delante de un bar, en el instante mágico en que Iniesta cubrió de gloria al fútbol español. El otro 'momentazo', el del beso de Casillas y Carbonero, se lo perdió. Porque ya estaba en casa... y no tenía tele. Este madrileño que regenta la 'Casa rural Ulda' en Orgaz (Toledo) ha estado doce años sin televisor. «Los huéspedes venían con la Play y la Wii y se quedaban chafados. En Navidad unos clientes me dijeron que si no había tele no venían y la puse». Ni ha ganado clientes ni satisfacción. «La tele atonta», y por eso no se arrima demasiado. «Veo el telediario y '21 días'. Estuve fisgando un rato la boda de los de Inglaterra y algún día me he tragado 'Supervivientes', poco más».

Rodrigo Fernández, 36 años, argentino y madrileño de adopción, no supo de los problemas de gota de Kiko ni del amoroso reencuentro con su madre. Hace seis años este escritor e investigador social regaló el televisor. «Le dedicaba dos horas diarias» y un día decidió que no iba a perder ni un segundo más delante de la pantalla. Haciendo la cuenta ha ganado seis meses (a razón de uno por año) para hacer otras cosas. «Me parecía una aberración y empecé a invertir ese rato de la noche en escribir, en estar con los amigos... Enfadarme viendo a Belén Esteban me parece un derroche de energía absurdo. No quiero dedicar un ápice de energía a cosas banales y prescindibles», sentencia.

- Belén Esteban sabe quién es, pero ¿Jorge Javier?

- Creo que es uno de prensa rosa. No le he visto nunca, pero he leído críticas abominables.

- ¿Y el Chikilicuatre?

- Un tío que fue a Eurovisión. No le oí cantar, pero leo cuatro periódicos al día.

- ¿Conoce a Pilar Rubio?

- Me suena de nombre, pero no sé quién es.

- No me diga que tampoco vio el Mundial de fútbol.

- Sí, sí. Como buen argentino iba al bar a ver los partidos.

- La goza trabajando...

- Soy de esos pocos privilegiados que cuando tiene que ir a currar dice: 'joder, qué bien'.

- ¿Le pierden los colores?

- Yo creo que no porque cuando voy al campo del Madrid, me insultan y cuando voy al del Barça y al del Atlético de Madrid, también. Así que debo estar haciéndolo bien.

- No salimos del bipartidismo en el fútbol.

- Lo del PP y el PSOE es una broma comparada con el bipartidismo del Madrid y el Barça. El resto de equipos juegan en otra liga.

-¿El triunfo de 'La Roja' en el Mundial fue una experiencia casi religiosa?

- Fue la explosión de una necesidad deportiva que tenía el pueblo.

- ¿Cómo definiría a... Fernando Alonso?

- Un fenómeno.

- Rafa Nadal.

- El mejor deportista de la historia española.

- Pau Gasol.

- Un crack.

- Raúl.

- El trabajo y el esfuerzo puestos al servicio de un futbolista. O... consiguió todo de la nada.

- Con él se explaya más ¿eh?

- Sí, le he dado más bola, sí.

- Iker Casillas.

- El mejor portero de España.

- Sara Carbonero.

- Una buena periodista.

- ¿Le puedo preguntar por Clemente?

- ¡Sí, cómo no! Es un hombre que tiene unas ideas y yo tengo otras. Le deseo que entrene aquí porque le da su salsa y su picante.

- ¿Como llevan 'Los Manolos' eso de ser uno siendo dos?

- Tenemos muy buen rollo, hay química y feeling.

- Tiene cinco hijos, ¿han salido al padre?

- Una es periodista y otro quiere ser futbolista, como todos.

- ¿Usted soñaba con el balón?

- No había dinero para ir al fútbol, pero lo veía por la tele y narraba los partidos con los cromos. Y no era nada malo en baloncesto.