CARTAS A LA DIRECTORA

Delegado para la violencia

JEREZ Actualizado: Guardar
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Lo leí en la TV. Un delegado para la Violencia. En este país nuestro existe un cargo para la violencia. O no lo leí bien, o es que a mi edad ya no entiendo lo que leo. O puede ser que gente más adelantada que yo, internautas tal vez, puedan interpretar este cargo. O este encargo, delegado para la Violencia.

A mí, particularmente, me parecería mejor una Delegación Antiviolencia de Sexo, o de Género. Sirva esto para decir, de paso, que la cultura gramatical de nuestros dirigentes y sus delegados brilla por su ausencia. Hay más cosas de las que también escasean, pero no quiero meterme en política que sería algo fácil. Que ya dije en una ocasión, no me interesa. Como no me interesa si el chimpancé aprende a mentir o si descendemos del mono. Me inclino a pensar que fuimos creados directamente.

Claro que con un delegado para la Violencia no van bien las cosas. Ya escribí hace tiempo que hay que mirar esta situación de la violencia familiar, domiciliaria o conyugal, muy seriamente. Para mirar con optimismo, no hay que decidir a tontas ni a locas; y es un dislate, me parece, crear un Ministerio de Igualdad, porque se supone que seguiremos igual. Prefiero en este discurrir, un ministerio para el progreso y que el progreso contra la violencia sea un éxito. O sea, un delegado contra la violencia, porque un delegado para la violencia parece que está teniendo poco éxito, en vista de los resultados luctuosos que estamos padeciendo. Un error gramatical a simple vista, que sea el causante de los malos resultados. Lo que sí es cierto que algo falla en la familia y de esto no se habla, no se tiene en cuenta. Y es la educación y su influencia lo que se calla. Valdría aquello de. 'el enemigo está dentro'. Esto es un fracaso y las consecuencias, tristemente, las estamos contemplando continuamente.