alerta sanitaria

Peligro de quiebra en el campo gaditano

La alarma creada por las autoridades alemanas está afectando a la venta de todas las verduras y el mercado nacional se está saturandoEl sector hortofrutícola local asegura que la crisis de los pepinos acabará con esta campaña

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El sector hortofrutícola gaditano está que arde con la alarma que ha creado el Gobierno alemán acusando a los productores de pepino españoles de ser los responsables de la contaminación por E.coli que ha acabado con la vida de 15 personas en Alemania y de otra más en Suecia. El cultivo de esta verdura en la provincia se restringe en casi su totalidad a los campos de Conil y Sanlúcar, exactamente a 98 hectáreas cultivadas que producen unas 4.000 toneladas al año, según datos ofrecidos por la delegación provincial de Agricultura y Pesca de la Junta. Y aunque la producción es pequeña, en relación con otras como el tomate en Conil o la patata en Sanlúcar, el pánico a la contaminación de consumidores y comercializadoras ya ha afectado a todo el sector de frutas y verduras. Ayer mismo, en la cooperativa sanluqueña Virgen del Rocío no encontraron salida a los mercados ni la remolacha roja de mesa ni los puerros.

El presidente de la Cooperativa Las Virtudes, Bartolomé Ramírez, fue muy claro al explicar lo que está ocurriendo: «el anuncio que hicieron los alemanes es totalmente interesado. Están protegiendo a sus productores a costa de los agricultores andaluces». Ramírez argumentó que la rectificación que hizo ayer el Gobierno alemán al reconocer que la infección no procede de los pepinos españoles llega tarde, «porque la psicósis afecta ya a todas las verduras y en todos los mercados donde vendemos los andaluces». El presidente de una de las cooperativas más importantes de la provincia explicó que los almerienses y malagueños tendrán que «colocar sus producciones en el mercado español, ya que no se las compran fuera, y esto nos quitará el negocio a nosotros que solo vendemos en España». Los precios ya han bajado en todos estos productos.

Razones de mercado

El representante de COAG en Cádiz, Miguel Pérez, también apuntó que «este escándalo no ha sido casual, aquí se esconden razones de mercado». Y explicó que en estos momentos Alemania y otros países del norte de Europa están en su máxima producción de verduras «y las pérdidas hubiesen sido multimillonarias, si asumen su responsabilidad desde primera hora». Para Pérez, el hacer responsable de la contaminación de las verduras alemanas a los productores andaluces «es una jugada de algunos estados miembros de la UE, para proteger de forma ilegal sus mercados, y de multinacionales con intereses en el arco mediterráneo. Si a esto se le suma el principio de precaución, ahí tienes las producciones metidas en cajas en las cooperativas gaditanas».

En Asaja-Cádiz fueron más prudentes. No quisieron hacer declaraciones y remitieron a una nota en la que lanzaban un mensaje de tranquilidad a los consumidores. Esta asociación considera que los ciudadanos pueden estar tranquilos a la hora de ingerir las verduras españolas porque cumplen estrictamente la normativa europea, en las que se incluye la trazabilidad, es decir el camino del producto del campo a la mesa.

Los técnicos de Asaja comenzaron ayer a realizar un informe pormenorizado para ver los daños que está causando la noticia de los pepinos en el sector productor de hortícolas, así como los daños colaterales que derivan de este tipo de noticias. «Pero está resultando complicado porque Alemania está ampliando cada vez más el ratio de productos vetados. Por supuesto, los técnicos de Asaja-Cádiz se han puesto ya a elaborar los pertinentes estudios en la zona», especificaron.

Valoración de daños

El delegado provincial de Agricultura y Pesca, Juan Antonio Blanco, fue muy cauto en sus declaraciones y apuntó que no había recibido instrucciones desde Sevilla para tomar ninguna medida, y que espera que en estos días los técnicos de las asociaciones de agricultores determinen los daños. «Estamos muy preocupados con este escándalo, pero aún no podemos cuantificar cómo afectará esto al sector gaditano», sentenció Blanco.

En el ámbito europeo, el técnico de Frutas y Hortalizas de Asaja, Benjamín Faulí, y del responsable de la Oficina de Asaja en Bruselas, Pedro Narro, continúan gestionado esta crisis en la capital comunitaria, donde han pedido a la Comisión que se establezcan con urgencia fondos de compensación para los agricultores españoles. Ayer mantuvieron una reunión con el jefe de Unidad de la DG Sanco, Koen Van Dyck, al que preguntaron si la trazabilidad de los pepinos contaminados se está llevando a cabo en todos los eslabones de la cadena alimentaria y no sólo en el origen. Estos técnicos denuncian que hasta ahora sólo se controla en origen y no en destino. El responsable alemán no supo que responder a los representantes de los agricultores en Bruselas.

Apoyo español

Los técnicos de Asaja explicaron que está claro que desde la contaminación hacia el origen se están haciendo multitud de análisis, «pero ¿qué está haciendo hacia el punto de destino?». Y añadieron que se desconoce los pasos que se están dando en Alemania para averiguar el origen del problema y que no se repita.

En el centro de la crisis más importante de los últimos años, Asaja ha encontrado algo positivo: el comportamiento de los consumidores españoles, «que han hecho caso omiso de las alarmas», agradece Pedro Barato, presidente nacional de Asaja.