Una de las obras expuestas en la exposición. :: EFE
Sociedad

Una mirada sensible al viejo París

Se muestran por primera vez en España las poéticas imágenes de uno de los padres de la fotografía documental La Fundación Mapfre inaugura en Madrid una gran exposición de Eugène Atget

MADRID. Actualizado: Guardar
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Nunca antes se habían expuesto en España las poéticas imágenes parisinas de Eugène Atget (Libourne, 1857-París, 1927), un tesoro que nos regala ahora la fundación Mapfre en una memorable muestra.

'El viejo París' reúne 228 fotografías del pionero francés, un maestro más que singular que realizó una aportación clave a la historia del género al sentar las bases de la fotografía documental. «Sólo hago documentos» repetía Atget, que durante más de tres décadas recorrió París retratando su esencia en sus rincones más recónditos y sus gentes. Los fijó en unas enigmáticas imágenes que inspiraron a muchos creadores a lo largo del siglo XX, de Walker Evans a Berenice Abbott, quien rescató su legado y lo puso en valor en el MOMA, y que aún hoy marca el camino de muchos fotógrafos.

'Eugène Atget. El viejo París', es un pormenorizado recorrido en doce secciones por un París llamado a desaparecer ante la llegada de la modernidad y el rediseño urbanístico de Hausmann.

Atget lo recorre cada día armado con su pesada cámara de fuelle, con trípode y placas de 18 por 24, entre 1898 y 1927. En las más de 10.000 placas de vidrio que constituyen su legado retrata calles, fachadas, tiendas, detalles de ornamentos arquitectónicos, los pequeños comercios y sus gentes en unas instantáneas que son como poemas llenos de belleza, serenidad y misterio.

Carlos Gollonet, comisario de la exposición junto a Frits Giertesbeg y Françoise Reynaud, destaca como Atget, un fotógrafo anclado a la tradición y la historia, nada moderno, fue sin embargo aclamado por el movimiento surrealista que acertó a reconocer la innovación de su mirada. Atget, que se buscó la vida en otros oficios, que trató de ser actor y hubo de abandonar por una afeccione su voz, se impuso como profesional de la fotografía la ingente labor de comprender e interpretar en términos visuales la tradición viva y antigua de su ciudad. Un París muy alejado de la 'Belle Époque', con calles y edificios despoblados que conforman un retrato colectivo y misterioso de la capital que cambiaría hasta desaparecer.

La muestra se conforma con las imágenes de Atget procedentes del Musée Carnavalet de París, la George Eastman House y las Colecciones de la Fundación Mapfre. El propio fotógrafo, que «necesitaba hacer fotos como Joyce escribir o Lindbergh volar», copió en papel de albúmina sensibilizado con nitrato de platas los originales que revelaba con luz natural. Unas copias de época que se alterna con copias actuales del llamado 'álbum de Man Ray', compuesto por 44 fotografías que Atget vendió al que entonces era su vecino, el fotógrafo estadounidense afincado en París, y que permiten apreciar la serena modernidad de este poeta y artesano de la fotografía.

Atget es un referente imprescindible para la fotografía documental. Cuando sus imágenes se publicaron en 'La Révolution surréaliste' él insistía en que sólo hacía «documentos para artistas». Y es cierto que proporcionaba fotos a creadores como Braque, Picasso o Utrillo, quienes las recreaban en sus pinturas, pero Atget nunca imaginó que muchos de esos documentos trascendían su objetivo funcional y comercial para entrar en la historia como modelos de pureza e intensidad de visión. Sus imágenes se tienen hoy por el origen de la fotografía documental, una las corrientes fotográficas más poderosas a lo largo del sigo XX.

De Madrid, la muestra viajará en otoño al Nderlands Fotomuseum de Rotterdam que la coproduce con el museo Carnavalet de París y la Arts Gallery of New South Walles de Sídney. En París se verá en el verano de 2011 y en Australia en otoño de ese año.