Unas elecciones que miran a Diputación

Todas las encuestas conceden a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, una holgada ventaja sobre su rival en la carrera electoral, la socialista Marta Meléndez, sin embargo, la candidata popular asegura que no le gusta levantar los brazos antes de llegar a la meta, que no quiere vender el oso antes de cazarlo. En resumen, que todo el pescado «no está aún vendido». Esta reflexión de Teófila Martínez, realizada tres días antes de la celebración de los comicios, pone de manifiesto que la incógnita sobre el resultado de las elecciones de hoy no está del todo despejada en la provincia de Cádiz. Los sondeos de opinión e intención de voto publicados por este periódico el pasado fin de semana reflejaban en los municipios de la Bahía una inercia similar a la registrada en las elecciones de mayo de 2007. Pocos cambios, salvo la irrupción en Jerez de Pedro Pacheco, que se perfila como la llave del futuro gobierno. La socialista Pilar Sánchez pierde el bastón de mando y lo recupera la popular María José García Pelayo, que no logra la mayoría absoluta. Estos datos dibujan también una composición de la futura Diputación muy parecida a la actual. El gobierno provincial se ha convertido en el gran objetivo de esta cita electoral y en el símbolo de la victoria. Es como en las huelgas generales, donde el éxito o no de la movilización depende en cierta manera del cierre de El Corte Inglés.

El PSOE no quiere perder este feudo de poder en el que lleva sentado desde su constitución, mientras que el PP ya ha preparado el relevo en el Salón Regio. El secretario provincial del PSOE, Francisco González Cabaña, pese a todo, no descartaba el pasado viernes lograr la mayoría absoluta en Diputación después de 16 años de gobiernos de alianzas. Por esta razón, la abstención y los indecisos serán clave a la hora de inclinar la balanza. No obstante, la ceremonia de los pactos será el denominador común en la formación de algunas corporaciones. Es el caso de San Fernando, donde la probable victoria del PSOE, con López Gil a la cabeza, sea frenada de nuevo por una alianza entre el PP y los andalucistas, aunque no se descarta la irrupción de IU y, por tanto, un pacto de izquierda. Una situación similar también puede surgir en Chiclana, donde el socialista José María Román tendría que buscar compañeros de viaje para formar gobierno al no tener la mayoría absoluta.

Las pasadas elecciones dejaron un mapa provincial con claro dominio socialista. El PSOE logró entonces el 39,1% de los votos frente al 28,4% que recibió el PP. El resultado dejó 26 alcaldías en manos socialistas, ocho en poder de los populares, siete bajo la batuta de IU y tres a cargo de los andalucistas. Desde las filas populares se da por hecho la conquista de los ayuntamientos de San Fernando, Jerez y Tarifa, pero más complicado lo tienen en la Sierra. Los socialistas siguen fuertes en Barbate y Sanlúcar.

Esta composición política de la provincia se vio reflejada en la Diputación con una mayoría simple del PSOE, quince diputados. Los populares obtuvieron trece, mientras que IU logró dos y los andalucistas se hicieron con uno. Los socialistas necesitaban el apoyo para lograr el 15 más uno que le daba la mayoría absoluta. Así, se firmó la alianza de gobierno con IU y que, además, se extendía y daba estabilidad en otras corporaciones donde las mayorías de la izquierda no eran absolutas, caso de Puerto Real.

El escenario puede cambiar de color a partir del lunes en algunas plazas estratégicas. González Cabaña ya ha anunciado que habrá pactos entre las fuerzas de izquierda en varios ayuntamientos de la provincia. Las grandes incógnitas de los sufragios se plantean en Algeciras, donde el PP puede desbancar al PSOE, o en La Línea, donde los populares tratan de mantener el poder pese a los avances de la socialista Gema Araujo. Igualmente, Arcos y Vejer, por ejemplo, en manos del PSOE, también pueden dar el campanazo hacia otro gobierno.

La provincia de Cádiz se ha caracterizado en las últimas convocatorias electorales por un alto nivel de absentismo en las urnas. De hecho, en las municipales de 2007 la abstención se situó en el 43,7%. Ahora, los indecisos copan también el panorama provincial y el 23,3% ha reconocido que aún no ha decidido su voto. Un total de 962.620 gaditanos están llamados hoy a votar. Se trata de un censo ligeramente superior al de hace cuatro años: 3.593 electores más. Las nueve juntas electorales de la provincia han recibido 218 candidaturas, integradas por unas 4.000 personas, de las que saldrán 716 concejales.

La profesora de sociología de la Universidad de Cádiz, Gema González, prevé una fuerte abstención o un aumento del voto en blanco. El desprecio a la política por los casos de corrupción y los problemas sociales originados por la crisis, que no han sabido solucionar los gobernantes, «han creado entre los ciudadanos un caldo de rechazo y desconfianza hacia los políticos». Gema González llama la atención sobre el movimiento de indignados que surgió el 15-M. En su opinión, esta revolución popular que ha monopolizado la última semana de campaña electoral no es más que «el reflejo de una sociedad harta de sus políticos y de una política en la que mandan los mercados internacionales».