Sociedad

DISPAREJOS

CRÍTICO TEATRAL Actualizado: Guardar
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En busca de encontrarse a sí misma, Maite recorre terapias y empapa su vida de libros de autoayuda para contrarrestar su soledad y su dificultad para mantener una relación estable, madura y duradera. En ese periplo, en el que se busca pero no se halla, le acompañan, -o estorban quizás-, algunos fortuitos, y a veces forzados y fugaces amantes, que no logran finalmente satisfacer sus inquietudes. Su vida sentimental, que es por momentos descarnada, da pie a pensar que sus constantes errores y recaídas no le harán salir nunca de esa viciada y equívoca situación de desamparo. Están presentes en su turbulenta y caótica vida dos amigas, Isabel y Cristina, y las respectivas parejas de éstas: Martín y Alberto. Entre escenas y diálogos vertiginosos, estos cinco personajes discuten y se debaten entre lo que les parece más importante en la vida: el amor, la amistad y el sexo. Las triangulaciones entre todos ellos sacan a relucir celos, temores, venganzas, deseos reprimidos, envidias, angustias, infidelidades, obsesiones, traiciones, culpabilidades, hipocresías y más...

Aparentemente en tono de comedia, esta obra combina por momentos lo más vulgar y superfluo del ser humano. Quedan en evidencia, además de la incomunicación, unos personajes en crisis personal y de pareja, en donde la falta de conocimiento sobre sí mismos es la nota dominante.

Al texto le exceden ciertos ramalazos de machismo maquillados de humor, y los personajes están sustentados en parámetros más bien prototípicos; las situaciones son simples en general, y la obra cumple únicamente con la intención de entretener, lo cual es lamentable, pues con el material disponible podía haberse llegado más lejos. El problema radica en una propuesta escénica plana. Las interpretaciones podían haberse alejado más de lo fársico y tocar quizás lo tragicómico para realzar así los conflictos de los personajes.

Cabría preguntarse si era necesario un planteamiento textual con brotes de profundidad existencialista, para un formato escénico que se asemeja a lo televisivo en donde la música, la iluminación y el ya manido recurso de las puertas multiespacio, nos remiten únicamente a la sensación de estar más cerca de nuestros famosos de la televisión, quedando de relieve la disparidad entre intencionalidad y resultado.