Editorial

Detención con consecuencias

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El director general del FMI y presunto candidato a la presidente de la República por el Partido Socialista francés (PSF), Dominique Strauss-Kahn, detenido en Nueva York tras ser acusado de varios delitos de sexuales por un camarera de un hotel, va a ver seriamente comprometido su futuro al margen del desenlace del caso. Técnicamente Strauss-Kahn no era aún candidato a las primarias socialistas de fin de junio, pero se daba por hecho que el sí era inminente. Pese a su fama de mujeriego y con un escándalo económico a sus espaldas, era un candidato de gran peso entre los socialistas y, lo más importante, el mejor que el PSF podía presentar. Sencillamente, era percibido como perfectamente capaz de batir a Sarkozy. En cuanto a lo que compete al FMI, la detención amenaza con complicar los esfuerzos para solucionar la crisis de la deuda en la Eurozona y poner en marcha un nuevo plan de ayuda a Grecia, asuntos en los que el director gerente llevaba la batuta. Entre la perplejidad y el estupor general ante las características de un caso que puede envenenarse en su desarrollo jurídico, está claro que se debe respetar la presunción de inocencia y que la Justicia tendrá que ejercer su función al margen de la importancia de la personalidad efectada.