La hostelería se ha convertido en la principal fuente de riqueza del barrio del Pópulo. :: MACARENA CORRALES
Ciudadanos

El patrimonio que Cádiz esconde entre sus arcos

La crisis y el ruido nocturno quitan el sueño a los vecinos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Entre el Arco de Garaicoechea y el Arco de Los Blanco se extienden dos barrios que tienen la Catedral como nexo de unión. San Juan y El Pópulo tienen muchos puntos en común. El primero es su cercanía geográfica, el segundo es un pasado gamberro y nocturno que han conseguido dejar atrás a base de rehabilitaciones y reconversiones.

No obstante, en su huida hacia adelante el Pópulo ha dejado muy atrás a San Juan. Mientras que El Pópulo ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y le ha sacado el máximo partido a su potencialidad turística, San Juan ha cambiado su cara, pero no su fondo. En los dos barrios hay proyectos pendientes, pero ninguno tan visible como el de la construcción de viviendas entre las calles San Juan y Osorio que depende de la Junta de Andalucía y cuya licencia de obra acaba de dar por caducada el Ayuntamiento de Cádiz.

Mientras los trámites burocráticos se enmarañan, el inmenso solar que hace esquina con la calle Arbolí da al transeúnte la sensación de estar en un barrio a medio hacer.

Aunque el Ayuntamiento ha rehabilitado varios edificios, la calle San Juan ha quedado reducida a poco más que a zona de paso. Apenas cuenta con comercios, y los pocos que hay están desesperados. En su almacén, José Alcalá se atreve a hablar de San Juan como «zona de tercera, está totalmente olvidada», dice, mientras se quejan del mal estado de las calles.

Nada más cruzar la plaza de la Catedral, la sensación al entrar en El Pópulo es distinta. Eso sí, siempre que la visita se produzca en el horario en que los locales de hostelería están abiertos. Con ellos llegó la revolución al barrio. El Pópulo ha pasado a ser punto de encuentro de turistas y ciudadanos que buscan una oferta de ocio alternativa.

Sin duda ha generado riqueza, pero toda cara tiene su cruz, y no son pocos los vecinos que se quejan del ruido que provocan a altas horas de la madrugada la concentración de personas a las puertas de los bares. Es algo habitual en todas las «zonas de marcha», pero en los últimos meses la situación ha ido más allá. Lola Cárdenas comenta que «hay muchos vecinos que se están quejando del ruido que provoca la gente que está durmiendo en las calles o colándose en los edificios vacíos». Efectivamente, varios inmuebles deshabitados del barrio, especialmente los cercanos a la plaza de San Martín están siendo objetivo en las últimas semanas de indigentes y okupas.

Pedro Pérez confirma que «están entrando en las casas y lo que no destrozan se lo llevan». Al parecer están desapareciendo elementos de valor, como cables o tuberías. El caso más sangrante es el de la Casa del Almirante. Este hermoso edificio, con una obra a medio hacer que lo va a convertir en hotel de cinco estrellas, tampoco se ha librado del asalto de los amigos de lo ajeno. «Han entrado y han hecho estragos», cuenta Pedro Pérez mientras muestra la ventana por lo que entraron los vándalos y que ha habido que tapiar. Los vecinos coinciden en que se precisa de más seguridad.

El Pópulo es el barrio más antiguo de Cádiz y por tanto, el más rico en patrimonio histórico. Desde hace años se viene trabajando en la excavación del teatro romano, pero queda mucho por hacer. Los yacimientos de la Casa del Obispo no han parado de generar controversia, varios tramos del recinto amurallado del barrio presentan parches o están en mal estado y el mirador de Entrecatedrales se deteriora por día que pasa. Pero todo esto es secundario cuando, como comenta Pedro Pérez, «ya hay familias con carencias alimenticias». Las consecuencias del paro y la crisis.