EL LABERINTO

El viejo Hospital Mora

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Año tras año, cada Lunes Santo, el Cristo de la Misericordia y la Virgen de las Penas inician su estación de penitencia dirigiéndose hacia La Caleta. Año tras año, podemos admirar la silueta del Cristo Crucificado recortándose bajo la luz cegadora en el singular enclave gaditano. Pero hace ya más de 20 años que el Cristo de la Palma no recorre los patios del viejo Hospital de Mora y ya no se escuchan las saetas que, desde sus galerías, se elevaban al Cristo viñero. Las características del antiguo hospital, la necesidad de mejorar la asistencia a los pacientes y otras muy diversas circunstancias, hicieron que el viejo Hospital de Beneficencia, el antiguo Clínico de la Facultad de Medicina se cerrara en 1990. Han pasado 20 años y los entonces jóvenes médicos del Mora peinan hoy canas ejerciendo su profesión en otros centros sanitarios. Los actuales estudiantes de Medicina viven sus prácticas de manera muy distinta a la de aquellos años, pero aún con la lejanía del tiempo, siguen asombrándose con las historias del Mora. Por eso hay que agradecer la iniciativa de la Delegación de Alumnos de la Facultad de Medicina de rendir homenaje a aquellos jóvenes médicos que se iniciaban en el ejercicio de la Medicina, a los memorables profesores, a las monjas que lograban que todo funcionase y a todos los que vivieron y trabajaron en el viejo hospital. El pasado martes nuestros estudiantes lograron llenar la inmensa Aula Magna de la Facultad para que en ella se reencontraran, con no poca nostalgia, todos los que vivieron el Mora. Se sucedieron las anécdotas, las historias, las imágenes de un tiempo que, a pesar de las dificultades, se siente y se expresa como inolvidable. Incluso se pudo ver como se escapaba alguna que otra lagrimita. Todos pudimos comprobar el cariño con el que los estudiantes habían preparado la Exposición, el inmenso trabajo que han hecho en los últimos meses buscando documentación, recopilando fotografías y antiguos testimonios. Sabemos que estos jóvenes serán en el futuro excelentes profesionales pero además, con este homenaje al Mora y a su gente, nuestros estudiantes nos han demostrado la pasta de la que están hechos. Podemos confiar en que estaremos, en el futuro, en buenas manos. Felicidades.