AMARILLO PANTONE

DESCANSO

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Suena una saeta en Santa María, y un tambor resabío en Mentidero. Pasa por Genovés la cofradía de los estudiantes a ritmo de aplausos durante su último sendero. Semana Santa es el sentimiento de un pueblo que homenajea a su dios, a sus creencias, que quiere recordar el sufrimiento que, en forma de semana de pasión, se transforma en toda una marabunta de hormigas que quiere revivir esos momentos buscando, cada año, las mismas lágrimas, los mismos pellizcos en el cuerpo...

Somos buscadores de sensaciones. Unos dan con ellas durante esta semana reencontrándose con la imagen de Cristo y su madre en cada esquina. Otros escuchando flamenco en una finca del siglo XVII en la Sierra, rodeados de arte e improvisación, donde suena una guitarra a la luz de la candela mientras se hace el secreto de cerdo de Montellano al calor de la lumbre de primavera.

El arte es como una ametralladora que lanza balas de sensaciones, hay balas que clavan las emociones que transmite la obra a aquellos que las reciben, otras se pierden junto a las personas que las esquivaron. Todas las fiestas tienen esa parte de arte rebosante. El exceso de esas emociones te puede llevar al descontrol, y que las balas nunca alcancen a nuestro ser contagiado de sentimientos vacíos y superfiales.

Cada cual busca su forma de vivir esta semana, cada una de ella es válida para disfrutarla, lo importante es que el alma esté llena, que se nos olvide el estrés y que las personas sean, simplemente eso, personas libres y que el sentimiento rebose en ellas para poder seguir existiendo. Feliz semana de pasión... o de vacaciones.