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El Barça se exige volver a hablar en el campo

Guardiola se desmarca de las declaraciones del presidente, aunque intenta restarle importancia Comienza en Villarreal un mes de abril decisivo y marcado por la prepotencia verbal de Rosell

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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«Yo no lo hubiera dicho, se lo podía haber ahorrado». De esta manera se desmarcó Pep Guardiola de la bravuconada de su presidente, Sandro Rosell, que apostó 24 horas antes por otro 5-0 favorable al Barça en la final de Copa ante el Madrid. El técnico del Barça intentó no polemizar demasiado con el ataque de prepotencia verbal de su superior, pero quedó claro que no le gustó nada su comportamiento a las puertas de un mes de abril decisivo que comienza en una plaza tan complicada como El Madrigal. El técnico azulgrana ha intentado evitar siempre mensajes de ese tipo porque sabe que se acaban volviendo en contra, pero tendrá que lidiar con el de Rosell durante las cuatro próximas semanas infernales, con cinco partidos de Liga, los cuartos de final de la Liga de Campeones y la citada final de Mestalla.

Guardiola hizo todo lo posible para apagar el fuego: «Yo he cometido errores más graves y a veces un error de este tipo hace que aprendas. Es imposible que ganemos la final 5-0, imposible. No sé si estas palabras serán gasolina para el Madrid. Sé que la intención del presidente no era la de ofender». E incluso bromeó al recordar el contexto en el que se produjo la apuesta de Rosell, una porra solidaria destinada a recoger alimentos para los más necesitados en la que decir una cifra alta suponía participar con más alimentos.

«Ya puestos, yo hubiera dicho 60-0 y se hubiera evitado todo lo que se ha dicho. El presidente es la máxima representación, nos dijeron que era por una causa solidaria, que cuanta más alta era la apuesta más alimentos se donaban. No le quiero justificar, pero aunque no le conozco demasiado sé que es prudente, me parece una persona sensata», manifestó el de Santpedor, reconociendo que se había producido una conversación al respecto entre los dos sin aclarar quién hizo la llamada: «Hablamos por teléfono pero yo no soy nadie para decirle qué tiene que hacer».

«Voy a la cárcel»

Como era de esperar, José Mourinho aprovechó en Madrid el exceso de verborrea de Rosell. No hizo demasiada sangre, en un día en el que tenía permiso para ser contundente, prácticamente disfrutó perdonándole la vida al presidente del Barça, pero sí le vino bien la coyuntura para volver a sacar a relucir su habitual victimismo. «He leído sus palabras y me parece algo normal. Si es su opinión, no veo por qué no lo puede decir. No creo que faltara al respeto a nadie. Es su opinión, su sensación. ¿Por qué no lo puede decir? No pasa nada, pero si lo digo yo, voy a la cárcel», manifestó el técnico luso.

Durante un par de días, Rosell ha eclipsado incluso a Messi, que será duda hasta el último momento para enfrentarse al Villarreal, teniendo en cuenta que el miércoles el Barça recibe al Shakhtar en la ida de los cuartos de final de la Liga de campeones. «Decidiremos antes del partido. La buena noticia es que Messi no tiene lesión, pero lleva muchos partidos. Para Gabi Milito, Mascherano y él fue una paliza de viaje», explicó Guardiola, que tiene el mismo problema con Pedro, Bojan y Maxwell. Puyol y Abidal son las dos bajas confirmadas, además del sancionado Xavi. Montoya, Fontàs y Thiago serán los refuerzos del filial en la convocatoria.

El Barça deberá superar dos de sus miedos habituales en una jornada trascendental: el rival y el virus FIFA. El Villarreal siempre le planta cara, aunque en la 'era Guardiola' el equipo azulgrana sí ha sabido ganar en El Madrigal. Y preocupa por igual una estadística negra que indica que el Barça solo ha logrado 23 de los 39 puntos disputados tras las jornadas de las selecciones en las últimas tres temporadas.