Cartas

¿Cuánta SGAE podremos soportar?

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Es difícil condensar el rechazo que despierta la Sociedad General de Autores de España (SGAE) en una simple carta pero esta sociedad (porque no es más que eso: una empresa) ha conseguido vivir a cuerpo de rey mediante el invento del canon que nos cobran a todos cada vez que compramos algo que lleve tecnología audiovisual o informática porque se supone que lo utilizaremos para delinquir y robar derechos de autor. Esta sociedad o empresa parece ser que ha hecho de esa montaña de dinero un trampolín para hacerse con activos inmobiliarios y de ocio en medio mundo, supongo que sus asociados -les llaman artistas, también- estarán de acuerdo que sus supuestos beneficios se gasten en ladrillo. Esta sociedad ha sido calificada como aplicadora de un canon abusivo por los tribunales europeos. Por ello, esta sociedad ya no puede trincar de las empresas, pero sí del sufrido particular. Hasta ahora, porque esta sociedad ha visto que su cánon ha sido anulado por la propia Audiencia Nacional (la misma que juzga a terroristas) porque la orden ministerial que, casualmente, tanto les beneficiaba (el ministerio, cuando quiere, beneficia oiga) está afectada de -cito- vicio radical. Contra el vicio radical de pedir impuesto revolucionario cada vez que compramos un CD, debería haber la virtud radical de no pagarlo comprando los CD vía Andorra o internet. Ya está bien que empresas utilicen sus lobbys -compuestos por la artillería pesada de ver a María Jiménez con una apisonadora aplastando CD´s de manteros desgraciados- para hacer leyes viciosas que les permitan vivir sin crear más que malestar y que esos manteros ingresen en prisión por el delito tan doloso de vender -ilegalmente, sí- música de la propia María Jiménez o incluso, dicen, Ramoncín.