Abdeljalil camina por las calles de Bayda escoltado por sus seguidores. :: REUTERS
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«A la comunidad internacional le preocupa más el petróleo que los libios»

El exministro de Justicia asegura que están dispuestos a morir «hasta que veamos al país libre del dictador» Mustafa Abdeljalil Líder del opositor Consejo Nacional de Libia

BAYDA. Actualizado: Guardar
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Mustafa Abdeljalil dedica las 24 horas del día a la revolución. Este veterano juez es el presidente de la Asamblea Nacional y dirige el movimiento rebelde que desde hace cuatro semanas mantiene contra las cuerdas al régimen de Gadafi. En 2006 fue elegido ministro de Justicia, cargó que abandonó al inicio de la revolución para unirse «al pueblo frente a la masacre del régimen». En voz baja, sin quitarse su inseparable sanna -gorro de fieltro- y con el rostro cansado recibe a este periódico en su cuartel general de Bayda, una sencilla habitación del hotel Loloat Al-Khalij.

Cumpliendo con la fama de hombre austero y honesto que no se enriqueció pese a ocupar un cargo de gran responsabilidad, sigue fiel a este establecimiento que desde el primer día abrió sus puertas a Abdeljalil y a su equipo de colaboradores sin miedo a posibles represalias. Aquí se gestó el nacimiento del Consejo Nacional y desde aquí dirige la batalla contra Gadafi.

-¿Está negociando con Gadafi una salida dialogada al conflicto?

-No hablo directamente con Gadafi. En la televisión libia salió uno de sus más cercanos colaboradores, un hombre respetable, diciendo que era hora de poner fin a la guerra y nosotros compartimos esa visión porque no queremos que muera más gente, es lo único que tenemos en común hasta ahora. Los hombres del régimen que han contactado con la oposición de momento solo hablan y nosotros pedimos hechos. Si Gadafi quiere realmente la paz debe poner fin a los bombardeos, entonces creeremos en esas supuestas intenciones de diálogo. Esperamos su aparición en los medios para decir de forma clara y pública que quiere la paz, no por medio de intermediarios.

-¿Qué condiciones son las que exigen a Gadafi?

-Le damos de plazo hasta mañana para que abandone el país. Si lo hace no le denunciaremos ante ningún tribunal internacional, aunque la palabra final no está en poder del Consejo Nacional. Serán las familias de los mártires que han perdido la vida durante esta revolución quienes impongan las condiciones. Creo que sus días en Libia han terminado y solo le queda el exilio en un país extranjero desde el que se debe comprometer a no interferir nunca más en la política doméstica de Libia.

-¿Será usted la persona que dirija Libia tras la caída del régimen?

-Este consejo tiene fecha de caducidad. En el momento que caiga el régimen tenemos un plazo de seis o siete meses para convocar elecciones. Hasta entonces respetaremos todos los acuerdos internacionales que tiene firmados Libia, luego todo quedará en manos de los nuevos gobernantes. Nosotros nos iremos, ninguno de los actuales consejeros seremos candidatos a nada, Libia necesita nuevas caras y no habrá sitio para los políticos del régimen.

-¿Cuál es la prioridad para esa nueva Libia?

-Redactar una nueva constitución que garantice un futuro democrático para un país en el que se respeten los derechos humanos y las libertades de todos los ciudadanos.

-¿Espera el apoyo de la comunidad internacional?

-De momento la comunidad internacional está más preocupada del petróleo que de la vida de los libios. Solo pedimos que tomen cuanto antes las medidas para cerrar el espacio aéreo y detener los bombardeos, nada más. Cada día que pasa aumenta el número de muertos y Gadafi aprovecha el aire para seguir trayendo mercenarios y armas para proseguir con su masacre.

Total impunidad

-¿Hasta cuándo se puede alargar la actual situación?

-Estamos dispuestos a morir todos y cada uno de nosotros hasta que veamos al país libre de Gadafi. Esto no es una guerra civil, es una guerra por la liberación de un país. Todos sabemos de lo que es capaz Muamar y si no hay presión extranjera arrasará el país hasta quedarse el solo si hace falta.

-Usted fue ministro de Justicia del régimen durante cuatro años, ¿por qué decidió presentar la dimisión y unirse a la revuelta?

-Trabajé como juez desde 1978 a 2006 y ese año el hijo de Gadafi, Saif el Islam, me eligió como ministro de Justicia porque era urgente acometer una serie de reformas para arreglar los problemas generados por la implantación de la doctrina del Libro Verde en el país. Temas relacionados con expropiaciones, encarcelaciones y demás que poco a poco fuimos corrigiendo con el pago de más de tres mil millones de dinares (1.730 millones de euros) en forma de indemnizaciones. De verdad que creo que estaba haciendo un buen trabajo, pero luego estalló la revuelta y me di cuenta que debía dejar mi puesto.

-¿Qué ocurrió?

-Salí a las calles de esta ciudad (Bayda) a protestar de forma pacífica junto a miles de amigos y vecinos que pedían reformas y cambios en el sistema. De pronto las fuerzas de seguridad del régimen abrieron fuego de forma indiscriminada. El primer día mataron a quince personas, el segundo abrieron la prisión principal y enviaron a los presos a quemar los tribunales. me di cuenta de que los culpables actuaban con total impunidad y respaldo de Trípoli así que presenté mi renuncia y empecé a trabajar con la oposición.

-Túnez, Egipto, ahora Libia, ¿qué es lo que está ocurriendo en el mundo árabe?

-La gente ha despertado. Protesta por su libertad y por la paz y estoy seguro de que con la lucha, al final, el pueblo logrará lo que busca.