LOS LUGARES MARCADOS

Manipulando el tiempo

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Desde que leí que China iba a crear un gran centro nacional para la manipulación del tiempo, no hago más que darle vueltas al concepto. Este organismo chino se dedicaría, desde luego, a la manipulación del tiempo en sentido meteorológico: a provocar lluvias en tiempos de sequía a base de yoduro de plata bombardeado a las nubes, o a evitarlas en ceremonias punteras, deportivas o institucionales, por ejemplo. Pero a la que yo le daba vueltas era a la otra acepción de tiempo, la que el diccionario de la RAE define cabalmente como "magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro". A ese tiempo sí que le vendría bien un centro nacional, un organismo de control o aunque fuese un ministerio.

Porque, admitámoslo, cuando tenemos que hacer memoria de lo pasado hace 40, 50, 60 años, tendemos a llenar de lagunas y de elipsis nuestra historia. Sería de gran utilidad un control temporal que nos retrotrajese unos decenios para actualizar nuestros recuerdos, para taparle la boca a quienes no se avergüenzan de decir todavía que "con Franco vivíamos mejor" o a quienes se empeñan en tachar de los libros y de las conciencias a los muertos y a los exiliados. O, si viajásemos tan sólo unos años hacia atrás, nos serviría para restaurar nuestra memoria de errores y batacazos políticos. Por centrarnos tan sólo en lo público, porque también en lo personal sería una herramienta altamente aprovechable.

Y en cuanto al porvenir, no me dirán que no sería utilísimo echar un vistazo a la organización futura de Libia, de Egipto o de Marruecos para saber a qué atenernos desde ya, para volver a respirar tranquilos o empezar a preocuparnos en serio. Es una utopía, sí, pero capaz que los chinos se pongan a ello y consigan el invento.