Sociedad

La niña bien de Manila

Llegó a España a estudiar Secretariado y terminó siendo la esposa de un cantante, un aristócrata y un ministro

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Ella era una niña bien de Manila a la que convenía alejar de novios poco convenientes. Por eso sus padres la mandaron a estudiar a España, a quitarse de en medio. No se imaginaban que Isabel Preysler iba estrenar tres maridos -una estrella de la canción, un aristócrata y un ministro, a cual más sonado- y que sus amoríos iban a estar en boca de medio país, que su imagen iba a marcar el papel couché de la Transición.

Porque La Preysler, que ya lleva el 'la' delante del apellido, como las grandes (La Piquer, La Pantoja), con sus bombones, sus azulejos y su piel tersa, no nació en la redacción de 'Hola'. Por las venas de María Isabel Preysler Arrastia corre sangre austriaca, riojana, vasca, china, filipina... «Tengo una mezcla rarísima», dice ella. Nació en Manila el 18 de febrero de 1951, nadie lo diría. Su padre era gerente de Philippine Airlines y delegado del Banco Español de Crédito en Manila. Su madre, hija de terratenientes dueños de plantaciones de arroz e ingenios de azúcar, se dedicaba al negocio inmobiliario. Los archivos dicen que Preysler corresponde al apellido de una familia de la nobleza austriaca que vino a España cuando el imperio y más tarde fue a hacer fortuna a Filipinas cuando era colonia española.

Cuando la niña cumplió 18, sus padres la enviaron a España, a casa de su tíos Tessy y Miguel Pérez Rubio. Y empezó el lío. Estudiaba Secretariado Internacional y frecuentaba la alta sociedad madrileña. Un bombón. Entonces, conoció a Julio Iglesias en una fiesta organizada por Tomás Terry. Por él dejó sus estudios y se casaron en enero de 1971, en Illescas (Toledo), nada de Miami. No había cumplido los 20.

Nadie podrá acusarla de no haber buscado la felicidad en el amor. Tras librarse de un marido compulsivamente infiel, se casó con uno más serio: Carlos Falcó, que no era cantante, pero sí marqués de Griñón. Después, sería ella la que daría que hablar cuando cambió al aristócrata por un político de izquierdas. En 1983, se cruzó en su vida el marido (hasta ahora) definitivo: Miguel Boyer, otro hombre con cartera, concretamente la de Economía en el gobierno de Felipe González. Ministro y 12 años mayor que ella.

Cantantes y azulejos

Durante su relación con Julio Iglesias llegaron al mundo Chábeli, y los cantantes de la familia: Julio José y Enrique. Después, vinieron otros dos: Tamara Falcó y Ana Boyer. Tienen entre 39 y 21 años. Todos, menos Enrique, cantante de éxito, suelen beneficiarse a menudo del tirón publicitario de su madre, auténtica 'agencia de colocación' para los suyos. A ellos se añade un (único, a su pesar) nieto de 9 años, Alejandro, hijo de Chábeli y ojito derecho de su abuela. Esas son las referencias del árbol genealógico de Isabel Preysler, pero no se pueden olvidar sus marcas. En su carrera publicitaria atesora un tirón personal suficiente como para que los españoles crean que construyen sus sueños cuando alicatan el cuarto de baño con azulejos de Porcelanosa. O que a cada bombón Ferrero, se imaginen en un Rolls Royce conducido por un tipo que lleva por nombre Ambrosio y que viste gorra de plato.