Elena Salgado, durante la rueda de prensa en que expuso los resultados de la evolución del déficit. :: AFP
Economia

El recorte del déficit del Estado compensará los excesos de las comunidades autónomas

La administración central redujo en 2010 sus números rojos al 5,07% del PIB, ocho décimas menos que el objetivo fijado

MADRID. Actualizado: Guardar
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España completó en 2010 su primera etapa en el largo camino hacia la estabilidad de las cuentas públicas. La administración central registró un déficit presupuestario de 53,444 millones de euros, el 5,07% del Producto Interior Bruto (PIB), más de ocho décimas inferior al 5,9% que el Gobierno fijó como objetivo en su programa de consolidación fiscal. Según el cálculo provisional del Ministerio de Economía, ese margen (8.000 millones) compensará potenciales desviaciones en las cuentas de las comunidades autónomas y de la Seguridad Social, para cumplir la meta de que los números rojos del conjunto de las administraciones públicas no superen el 9,3%.

El departamento que dirige Elena Salgado maneja ya una primera estimación que concluye que el déficit público de 2010 se quedó en el 9,2%, una décima por debajo del objetivo. Las cifras puestas sobre la mesa por la vicepresidenta evidencian que el Estado ha hecho bien sus deberes. La gran pregunta ahora es qué ocurrirá con las comunidades autónomas. Cataluña ha admitido que no cumplirá el mandato de reconducir su déficit al nivel del 2,4% establecido (3,1%, incluido en la cuenta el efecto de las liquidaciones de las administraciones territoriales). Otras dos autonomías, Castilla-La Mancha y Murcia, reconocieron desviaciones en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera, por lo que el Gobierno les ha obligado a elaborar planes especiales de reequilibrio.

Salgado explicó que el 'colchón' de 8.000 millones servirá, primero, para cubrir el desequilibrio del 0,28% del PIB en las cuentas del Servicio Público de Empleo Estatal, contabilizado en el presupuesto de la Seguridad Social, cuyo sistema cerró con un superávit del 0,22%. Hecho eso, explicó, «queda margen suficiente para garantizar que el conjunto de las administraciones públicas cumpliremos con holgura el objetivo del 9,3% marcado en el programa de consolidación».

La vicepresidenta rehusó detallar las posibles consecuencias para las autonomías con desfases superiores a lo permitido. Cualquier plan de reequilibrio, explicó, «tendrá que ser considerado suficiente por el Ministerio de Economía».

El Estado realizó en 2010 un ahorro equivalente a 46.000 millones de euros (4,2 puntos de PIB). Según el Gobierno, ese éxito es fruto a partes iguales de la mejora de ingresos, por las subidas de impuestos, y de los recortes de gastos. Estos últimos incluyeron rebajas de sueldos, la congelación de las pensiones, una disminución de la inversión y la desaparición de beneficios como el 'cheque bebé' de 2.500 euros.

Más ingresos

Los datos facilitados por Salgado muestran un crecimiento de la recaudación total del Estado del 7,7% respecto de 2009, 3,6 puntos por encima de las previsiones efectuadas en el avance de liquidación.

La vicepresidenta subrayó que los ingresos impositivos «se han comportado mejor de lo previsto», con un aumento del 10,9% (frente al pronóstico inicial del 8,1%) motivado por el descenso en las devoluciones por IVA y las medidas de consolidación. Destacó la eliminación de las deducciones de 400 euros en el IRPF, el aumento de las retenciones que gravan las rentas del trabajo y la subida de tipos del IVA. La recaudación por impuestos indirectos creció a un ritmo del 29% y en concreto la del IVA registró un alza del 46%.

Por el lado del gasto, el ahorro es fruto de los acuerdos de no disponibilidad aprobados en enero y mayo, que estipulaban la no ejecución de partidas por 7.425 millones, y de los recortes incluidos en el Real Decreto del 20 de mayo. El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, destacó las inversiones y los gastos corrientes entre los capítulos en los que más se ahorró.

Salgado resaltó, además, que según datos del Banco de España el volumen de la deuda contraída a finales de año descendió al 45,78% del PIB, frente al 47,2% previsto. Diferencia que compensará en parte el coste máximo estimado para capitalizar con fondos públicos las cajas de ahorro más débiles.