Ciudadanos

El cigarrito en la calle ya empieza a dar problemas a los vecinos

Los residentes de Muñoz Arenillas denuncian ruidos a altas horas durante los fines de semana

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Le ganaron la batalla al botellón y volvieron a dormir tranquilos. Ahora tienen por delante una guerra mucho más difícil. En una calle como Muñoz Arenillas, donde la mayoría de locales comerciales son bares de copas, es difícil mantener el silencio. Sólo con que dos o tres clientes de cada establecimiento salgan a fumar, ya aumenta el volumen en plena noche.

El presidente de la asociación de vecinos, Francisco Moreno, concreta que la situación empieza a ser desesperante a partir de las tres de la madrugada. «Es cuando aumenta la concentración de gente en la calle fumando y no para hasta las seis». Desde que entró en vigor la ley antibotellón, los vecinos comenzaron a descansar. Se terminaron los enfrentamientos con los jóvenes que bebían en la calle y aquella moda de los coches discoteca. La policía mantiene la vigilancia los fines de semana y los locales cuentan con una buena insonorización. Pero las últimas semanas han sido difíciles. Explica Moreno que «ahora no le puedes decir que no estén en la calle, porque el fumador tampoco quiere, pero está obligado por ley». Por eso mismo, considera que ésta será una batalla mucho más dura que la anterior. «No culpamos a los chavales, que no hacen nada malo, simplemente salen a fumar y es lógico que hablen entre ellos, pero también tenemos nuestro derecho al descanso», señala el portavoz vecinal.

Tampoco culpa a los locales ni al Ayuntamiento, aunque entiende que se podría lanzar alguna iniciativa para que todos puedan convivir. «Tal vez recomendar una zona donde no molesten, porque no les vas a pedir que cuando salgan estén callados», propone.

Por eso mismo, ya tienen previsto pedir una reunión con la alcaldesa, Teófila Martínez, y trasladarle el problema, que no sólo se reduce a Muñoz Arenillas, los residentes de calles aledañas también sufren las molestias.

Al ruido hay que sumarle la suciedad de las calles. Desde el pasado 2 de enero hay un exceso de colillas en las aceras y terrazas. Los locales ya han instalado pequeñas barras sujetas a la pared para colocar ceniceros e incluso se han sacado mesas altas junto a la entrada de los establecimientos para mantener cierta limpieza.