El periodista en un momento de su intervención, que duró algo más de una hora. :: J. C. CORCHADO
Jerez

Cañadas, de nuevo el rey

Pregonó la Navidad de los Belenistas en la Sala CompañíaVibrante pregón de la Navidad de los Belenistas, que conjugó verso, prosa y música ante un público entregado

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Andrés Cañadas fue, de nuevo, el Rey Mago de la ilusión, el defensor a ultranza de la Navidad, el bastión inquebrantable de Jerez y de sus raíces, ésas que cada diciembre se van perdiendo un año sí, y otro también, por los modismos importados que tanto daño hacen a nuestras tradiciones, a nuestra cultura, a nuestra fe. Acudía Cañadas a la Sala Compañía documentado y enrabietado con una Navidad cada vez más descafeinada, con un Jerez apático y desorientado, y rápidamente se ganó al respetable con su verbo fácil y seductor, con su voz cálida y amable a veces, rotunda y amena en otras. Un lujo de pregón de la Navidad, un lujo de pregonero.

Todo comenzó algo tarde, con numerosas apariciones antes de que Enrique Víctor de Mora, pregonero de la Navidad del año pasado, presentara de manera brillante al periodista director de la web Cofrademanía. Una presentación donde el abogado quiso hacer una comparativa entre los dos, con tantas similitudes que estaban condenados a encontrarse. Y así fue. Se encontraron en programas de radio, en tertulias imposibles a las que el presentador hizo alusión en su disertación, así como se tuvieron forzosamente que encontrar siguiendo los resultados, minuto a minuto, del Sevilla de sus amores que ambos comparten.

Un pregón inolvidable

Y comenzó el pregón. Con los niños como eternos testigos de todo lo que hace Andrés Cañadas, con su familia apoyándolo como en las grandes ocasiones, porque ésta lo era. Documentado, el pregonero expuso en un primer momento el nacimiento del Belén tal y como lo conocemos ahora, el Nacimiento. Fue en Italia, de la mano de Francisco de Asís, y con la belleza de su palabra Cañadas fue dibujando un paisaje idílico donde Rieti, una pequeña población que alberga la ermita de Greccio, se convertía en el centro del mundo cristiano gracias a la feliz idea del santo de Asís.

Un comienzo aplaudido, sin prisas, con versos y rimas imposibles, con ritmos inimitables, y con un estilo audiovisual que ha redefinido el concepto de pregón que teníamos hasta que apareció Andrés en el Teatro Villamarta. Ahora, aparte de contar las cosas, que hay que seguir haciéndolo, hay que convencer, hacer creer a los demás lo que están oyendo, hacerles sentir partícipes con guiños que entiende sólo a quien está mandado. Así pasó, de nuevo, con Maruja, madre de Ángel Rodríguez Aguilocho y sus guisos y zambombas en una casa de vecinos tan cerca de la Soledad, que se respira su aroma desde el patio.

Así ocurrió con las sonrisas cómplices con Enrique Víctor de Mora, o con el guiño final a un próximo pregonero de la Navidad que se estrena en estas lides. Todo pensado, todo planeado para que el pregón se convierta en un espectáculo, en un show participativo y consensuado. Las risas alternaban con las décimas comprometidas, el paisaje que cada año se dibuja en la cabalgata de Reyes Magos hacía que las carcajadas se sucedieran en una Sala Compañía que registró una muy buena entrada.

Cañadas lo bordó todo. Se atrevió con todo. Desgranó, paso a paso, cómo se hace un nacimiento en Jerez, fruto de su amplia experiencia como belenista y de su tradición familiar. Lo contó jugando con lo serio y lo frívolo, sin ataduras. Habló de los campos, de las montañas, de los soportales, de las luces que, cuajadas al atardecer, daban una nueva visión a los nacimientos. Pero habló de los instrumentos perdidos, de las pinturas ya usadas, de los utensilios que de un año para otro nadie recuerda para qué sirven...

Un pregón diferente, que tuvo dos puntos de máxima atención. Uno, con la reivindicación de la zambomba y de los Reyes Magos, frente a las casetas de feria navideña actuales y la aparición de Papá Noel. Divertidas ambas historias, consiguieron su objetivo de hacernos reflexionar sobre estas dos realidades que, a fuerza de irlas adaptando, igual las estamos perdiendo de manera definitiva.

Y el otro foco de atención fueron las dos pinceladas musicales, dos villancicos de Jerez cantados por gente de Jerez, y unos versos absolutamente arrebatadores al momento de la Encarnación de María, donde salió un Cañadas profundo, contemplativo, reflexivo por momentos... Un Cañadas diferente que consiguió un dominio absoluto de todos los registros que quiso tocar, convirtiéndose en el adelantado Rey Mago de la Navidad.

Un pregón diferente, como todo lo que hace, y que consiguió su principal objetivo. Contar y cantar que en Jerez tenemos la Navidad más bonita del mundo.