CALLA, CANALLA

Que si Guardiola y su colonia, que si los árbitros y su nevera, que si eres un recién llegado como para estar pidiendo amarilla para los rivales, que si adulteras la competición poniendo a los suplentes, que si eres un canalla. Hemos entrado en una dinámica dentro del deporte en general, y el fútbol en particular, en la que los detalles y las declaraciones le están ganando terreno a lo que realmente debería ser más interesante: el juego. Resulta más complicado y requiere de mayor esfuerzo ver, analizar y buscar respuestas y soluciones a las cosas que quedarse en el chisme, cotilleo o rencilla que alimente los instintos más bajos tanto de los protagonistas como de todo este famoso entorno que tan de moda se ha puesto en estos últimos tiempos. Pero seguro que no es lo más adecuado.

Vale, algunos a lo mejor se le merecen, como diría Alejandro Sanz, pero no deberían venderse tan barato con tal de salir en la foto. Pasar al primer plano de la función no siempre es beneficioso y a veces ya no basta con adoptar a posteriori una táctica más defensiva para que te desenfoquen de la escena. Aparecen los encasillamientos y terminas perdiendo las dos batallas, la tuya personal y la de tu equipo, por el que te habías expuesto, supuestamente.

Puedes ser un entrenador muy 'preciado' por tus colegas de profesión, ávidos de atizarle al chulito de la clase, un recién llegado con fama de empollón que vacila de coleccionar matrículas de todas las facultades europeas por las que ha pasado, pero hay que tener mucho cuidado con aquellos que te dan la palmadita, no vaya a ser que en un futuro puedas percatarte de que tenían algún objeto punzante escondido entre sus dedos. No siempre se te va a aparecer San..goy para resolverte el entuerto, por muy bien que tus chicos hayan defendido al 'cristiano', y te pueden romper el plan a escasos minutos del triunfo, como al pobre Fernando Alonso. Por eso, Manolo, la próxima vez mide tus palabras. y calla, canalla.