El juez Baltasar Garzón. :: EFE
ESPAÑA

Garzón considera un exceso que le procesen por las escuchas de Gürtel

El juez alega indefensión ante el Supremo ya que la investigación aún está en curso y no se han practicado pruebas

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Baltasar Garzón no da por perdida su segunda batalla judicial en el Tribunal Supremo. El juez de la Audiencia Nacional, suspendido en la actualidad de sus funciones por su próximo enjuiciamiento en el caso de las fosas del franquismo, pidió ayer al juez que instruye la causa de las escuchas del 'caso Gürtel', el magistrado Alberto Jorge Barreiro, que no le procese por prevaricación.

Garzón considera «extremadamente dura» la decisión del juez del Supremo de dar por concluida la instrucción y apreciar indicios de delito en su actuación. En un recurso presentado este lunes, aunque se conoció ayer, Garzón invoca que aún hay investigaciones en curso de las que no se ha dado traslado a las partes e incluso existen partes del sumario que todavía están declaradas secretas. Asimismo, pide al juez que permita las diligencias que propuso dentro de la causa, sobre todo la declaración del magistrado Antonio Pedreira, instructor del 'caso Gürtel' en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

El testimonio de Pedreira es una parte importante para la defensa de Garzón, ya que fue el juez que el 20 de abril de 2009 decidió prorrogar las escuchas carcelarias de las conversaciones entre los cabecillas de la trama corrupta y sus abogados, que había acordado Garzón antes de derivar la competencia del caso al tribunal madrileño. Para ello el juez se basa en los informes favorables que la Fiscalía dio entonces a la resolución de Pedreira.

Igualmente, la defensa del juez recuerda que la intención de Garzón cuando ordenó las escuchas no era intervenir a los abogados. Asimismo, recuerda que ante la posibilidad de que las conversaciones afectaran al derecho de defensa de los imputados decidió expulsarlas y eliminarlas de la causa.

Sistema penal

Este argumento ya fue rebatido por el magistrado Jorge Barreiro en el auto en el que veía indicios de delito contra Garzón. El instructor cargaba con dureza al señalar que sólo con el hecho de permitir las escuchas Garzón lesionó «uno de los principios básicos del sistema penal, retrotrayéndolos a un estatus procesal anterior al Estado de Derecho».

En cambio, la defensa de Garzón recuerda ahora que el propio juez del Supremo así avaló en su auto la intervención de las conversaciones de los presos cuando estos hablan con los abogados, aunque sólo en el caso de que hubiera indicios también contra los letrados que comunicaban. Una posibilidad que no trató Garzón cuando ordenó las escuchas.

Las causas abiertas contra el juez en el Supremo, sobre todo su próximo juicio por investigar los crímenes del franquismo, volvieron a provocar la reacción del ex fiscal Carlos Jiménez Villarejo, quien dijo en una entrevista a la revista de la Fundación César Navarro que el Supremo es un «instrumento del fascismo español» que pone «en juego la institución judicial y la estabilidad democrática».