EXTERIORES ROBADOS

CANTONERA

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Calle Cervantes. Un armazón de hierro envuelve la esquina a modo de armadura, o mejor de blindaje propio de las últimas guerras mundiales. La obra adopta líneas arquitectónicas clasicistas: dos pisos y tres fachadas simétricas. La cara central, que semeja un pilar, se eleva sobre el resto con hechuras de monumento a alguna victoria; en su parte superior proclama a su hacedor: 'Fundación de A. Caviño, Cádiz'. Las caras laterales, enmarcadas por pilarillos rematados con granadas, repiten, a modo de sonda enviada al espacio, un mensaje para la eternidad: en el piso inferior, sobre una cartela en relieve, el número de un año; en el superior, sobre un airoso medallón fijado, en la ficción arquitectónica, por cuatro recios clavos, una sorpresa: 'Los Tres Reyes. Ultramarinos de Quintín González'.

Los numerosos talleres de fundición que se instalaron en Cádiz a partir de los últimos decenios del siglo XIX al servicio de la industria naval proveyeron también a las necesidades urbanas; los abundantes elementos de forja como columnas, husillos, rejas, o cantoneras son una peculiaridad de la ciudad, y un testimonio de un momento dinámico y vanguardista de su historia, además de un campo inagotable a la curiosidad del paseante atento.