CARTAS AL DIRECTOR

Las castañuelas

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Las castañuelas o palillos, como también se conocen en nuestra tierra bendita, son un instrumento musical de percusión de origen fenicio de hace más tres mil años. De entre los productos manufacturados de su invención, son los palillos uno de ellos, que causan en nuestra población autóctona un especial atractivo dada la gran afición a la danza de las féminas jóvenes de Gadir. No creo necesario explicar cómo es, ya que sería rara la persona que en todo el ámbito nacional no supiera de qué instrumento se trata. Lo que resulta extraño es que tratándose de un acompañamiento tan armonioso y tan alegre, que da tanto a la canción como a la guitarra, piano u orquesta, un aire agitanado bellísimo, esté cada vez más en desuso. Carmen Amaya, genial intérprete del baile jondo, admiraba a una virtuosa de los palillos como era Lucero Tena. Un recital de Gabriel Moreno a la guitarra acompañado de Lucero con sus palillos, era una expresión divina del arte gitano y lo más curioso es que Lucero era mexicana como Lucero Hogaza, tan hábil en el uso de las castañuelas como ella y a quienes la propia Carmen Amaya comparó con Sonia Amelio, que para su gusto era inimitable. Sería para lamentar que en el proceso inevitable pero necesario de la evolución de toda manifestación humana entre las que se encuentra el arte flamenco, se fueran introduciendo nuevos instrumentos y fueran eliminados otros, por dificultad de su aprendizaje, por teorías no muy afortunadas o por otras causas no suficientemente estudiadas. No sé si esta posible y aparente omisión del instrumento citado, en la actualidad del arte gitano es tenido en cuenta, ni la causa, lo cierto es que para los enamorados de el instrumento objeto de este breve comentario resulta preocupante, ya que sería un paso más en la pérdida de cánones y posterior práctica del cante gitano original. En ningún momento he querido decir que las castañuelas sean un instrumento exclusivo del arte gitano, nada de eso, se ha utilizado y sigue, acompañando a la canción andaluza, entre ellas las sevillanas (ahora muy poco), productos agitanados del flamenco y en orquestas, me he querido referir a su acoplamiento con el cante jondo.