PUERTO REAL

El perito certifica que el incendio del garaje del Río San Pedro fue provocado

Los vecinos del bloque más afectado por el fuego llevan ya dos noches alojados en hoteles, a la espera de las obras de reparación

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El perito de la aseguradora del coche incendiado en la madrugada del lunes al martes en el garaje subterráneo de la barriada del Río San Pedro, que puso en peligro la integridad de hasta once bloques de viviendas, ha certificado que el fuego fue intencionado.

El técnico ha solicitado los informes emitidos por los bomberos y la policía científica, con la idea de declarar en «siniestro total» al BMW afectado, y debido a que, en función de si la causa del percance es fortuita o atiende a voluntariedad, la cobertura sería distinta.

La circunstancia de que el perito no accediera al lugar de los hechos hasta la mañana de ayer ha retrasado en parte las labores de reconstrucción que se afrontan en el edificio, ya que hasta que este no realizara su revisión pertinente no se podía retirar el coche con la grúa.

En pleno aparcamiento, la primera tarea es la recuperación de la acometida de agua, trabajo para el que los operarios calculan no menos de dos días, aunque prefieren ser cautos en sus previsiones.

Mientras tanto, los vecinos del bloque 6, los más afectados por el suceso, cumplían ayer su segunda noche fuera de casa. La primera de ellas la pasaron en el Hotel Gran Ciudad del Sur, mientras que anoche se repartían entre El Caballo Negro y Las Canteras, también localizados en Puerto Real.

El administrador de la finca, José Carlos Correa, ha expresado su indignación ante el trato que dicen estar recibiendo por parte de estos establecimientos. «Es una vergüenza tener que pagar a diario, y encima nos exigen que lo hagamos por adelantado», se queja sobre las situaciones que llevan vividas.

Sólo en la primera pernoctación la factura de las siete habitaciones dobles y una triple (otro vecino prefirió quedarse en casa y uno más durmió en un campo de su propiedad) ascendió a 1.097 euros, importe que la comunidad está pagando de su propio saldo, aunque han cuidado de guardar copia del recibo.

«Luego veremos si viene», se muestra Correa igualmente enfadado con las compañías de seguros. «Seguro que se lo pasan unas otras», se atreve a vaticinar. En el polo opuesto sitúa a la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento local y vecina de la barriada, Ana Mosquera, a la que agradece la colaboración mostrada desde un primer momento.

Entre los inquilinos, las sensaciones son contrapuestas. Pedro Moreno, de los más veteranos, no oculta sus deseos de volver a casa, aunque guarda ciertas precauciones. «Tengo que entrar con todas las garantías de seguridad, no quiero que a los tres meses me detecten que he tragado algo tóxico», previene a sus 72 años.

A su manera, se muestra orgulloso de que el desprendimiento de 'su' tubería (la que canaliza el saneamiento de su casa), y la caída de agua por ella, fueran clave para la extinción del incendio. «Me va a llegar una factura grande, pero la voy a plastificar», se reserva el recuerdo de una incidente que pudo convertirse en verdadera tragedia.