CÁDIZ

LAS ZARZUELAS

PROFESOR DE LA UCA Actualizado: Guardar
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Uno de los temas más recurrentes de la zarzuela y el género chico es la Guerra de la Independencia, sus tipos y sus ambientaciones. Ahí tenemos, por ejemplo, 'El tambor de granaderos' (1894) de Sánchez Pastor y Ruperto Chapí; 'La viejecita (1897) de Echegaray y Fernández Caballero, y muy especialmente la zarzuela 'Cádiz' (1886) de Javier de Burgos, Federico Chueca y Joaquín Valverde, ambientada específicamente en Cádiz entre 1810 y 1812, o su curiosa lectura posterior diez años después de su estreno en 'La marcha de Cádiz' (1896) de Celso Lucio, García Álvarez y música de Quinito Valverde y Estellés, entre otros tantos títulos alusivos a la guerra contra el francés. Con estas zarzuelas se exterioriza en clave simbólica el patriotismo liberal, populista y nacionalista que impregna todo el periodo antes de la crisis finisecular, que, entre otras cosas dará al traste con tanta efervescencia patriotera. Una circunstancia que también se acusará en las zarzuelas posteriores a 1898 -la fatídica fecha del desastre de Cuba- donde, cuando se alude a la Guerra de la Independencia, se hace ya en un tono mucho más sosegado, pues el escenario histórico ahora es sólo eso: un mero decorado de teatro, que difícilmente se iba a volver a activar, máxime cuando ni si quiera la proximidad del primer centenario en torno a 1908 conseguiría un cierto consenso en torno a la imagen nacional que pudiera significar tan simbólica fecha.