El líder de la mítica banda de rock, Mick Jagger, ayer, durante su paso por el Festival de Cannes. :: reuters
Sociedad

Los Rolling vuelven a la Costa Azul

«En el 71 éramos buenos, jóvenes y estúpidos; ahora sólo somos estúpidos», afirma el líder del grupo de rock Jagger presenta en el Festival de Cannes su documental 'Stones in Exile'

CANNES. Actualizado: Guardar
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La estrella del rock eclipsó a las relucientes estrellas de la pantalla. Llegó Mick Jagger y colapsó Cannes. La Quincena de Realizadores del Festival acogió una 'premiere' del documental 'Stones in Exile', que recoge cómo fue la grabación de 'Exile On Main Street', mítico álbum de los Rolling Stones que se acaba de reeditar en todo el mundo, debidamente remasterizado y con 10 temas inéditos compuestos por entonces.

El filme, que ya se está emitiendo por las televisiones de todo el mundo (en España por Canal +), se pondrá inmediatamente a la venta en DVD. Sin embargo el pase en el Festival de Cannes ha contado con un morbo especial: la aparición del líder de sus Satánicas Majestades, Mick Jagger en persona, para introducir la proyección y responder después a una docena de preguntas. Aunque la asistencia a la proyección era por rigurosa invitación (aquí no eran efectivas las acreditaciones del festival) que se repartieron con mucha anticipación a amigos de Jagger, de la productora o algún listillo que supo como buscarse la vida, desde dos horas antes del inicio de la proyección una inmensa y tumultuosa cola de miles de personas (la sala de la Quincena no tiene más de 500 butacas) rodeaba la manzana del Palais Stefanie, lugar donde se sitúa la sala de proyección.

Los fans alcanzaron el delirio total cuando Mick Jagger, cuya presencia había paralizado la Croisette, entró en el edificio rodeado de guardaespaldas que le abrían paso y protegían.

La película, producida por el propio Jagger y por su compañero Keith Richard, está dirigida por Stephen Kijak y combina entrevistas realizadas recientemente a miembros del grupo y a gente que vivió la grabación del álbum (entre los que hablan están Martin Scorsese o Benicio del Toro), con imágenes de archivo de la grabación del álbum y con fotografías de aquella época.

Narrada en 'off' por el propio Jagger, 'Stones in Exile' ofrece una mirada a aquel período exuberante de escándalos y creatividad de los Stones. En 1969, los Rolling se vieron forzados a abandonar Reino Unido por motivos fiscales. Además, acababan de romper con su manager, Alan Klein, y estaban en la ruina, pero decidieron alquilar una villa en Nellcôte, en la Costa Azul, próxima a Cannes , y ponerse a trabajar en un nuevo proyecto, su mítico álbum 'Exile in Main Street'.

Para huir de la fama

Al grupo se le sumó un séquito de chicas exuberantes, músicos, técnicos de sonido, traficantes de droga e incluso de chefs de cocina franceses. El disco se publicó en mayo de 1972 y de inmediato se colocó en el número uno de los discos más vendidos. La película ya fue presentada en el MOMA neoyorquino la pasada semana por tres de los miembros del grupo, Mick Jagger, Keith Richards y Charlie Watts, pero el presentar la película en Cannes ha tenido para Mick Jagger (el único de los Rolling Stones que se ha desplazado a la Costa Azul), un significado muy especial.

«En 1971 éramos buenos, jóvenes y estúpidos. Ahora sólo somos estúpidos», dijo Mick Jagger tras la proyección, cuando desde el escenario, en compañía del director y de otros miembros del filme, respondió a las preguntas de los espectadores presentes. «Evocamos un periodo. En aquella época Nixon ocupaba la Casa Blanca, había guerra en Vietnam y Eddie Merx ganada el tour de Francia. Pensamos que era una buena idea hacer una película que, además de la grabación del disco, hablase de aquella época», dijo Jagger.

«Normalmente, este tipo de cintas son cursis. Lo que yo quiero es que el espectador se sienta realmente atrapado en esa época y creo que al final lo logramos».

La película muestra a los Rolling Stones luchando por su vida sabiendo que se salvaban si lograban hacer el mejor disco de rock and roll del mundo. No se ocultan temas como las drogas. Uno de los hijos de Keith Richards, un niño entonces, recordó en la pantalla como su única misión en aquellos meses en el sur de Francia era «liar porros».

«Utilizábamos las drogas como método para escapar de nuestra propia fama», recordó Jagger. La grabación del disco se prolongó durante siete meses, sobre todo en sesiones de grabación nocturnas en el sótano de la villa francesa, en la que mezclaban blues y goodspell con el rock and roll más salvaje. Las mezclas se hicieron en Los Ángeles. «Esta película es como un hijo, porque pensé que era lo mejor que podíamos hacer». La película mezcla grabaciones caseras de la época con fotografías y con entrevistas actuales: «No quería gente sentada hablado» dijo el líder de los Rolling Stones, satisfecho porque el documental además «explica lo que eran los Rolling Stones en el 71 y cómo ha evolucionado el grupo después».

La película, además de escudriñar el proceso creativo de los Stones, canción a canción, muestra el final de una época, cuando en torno a los ídolos del rock and roll se movía un auténtico circo con personajes destinados exclusivamente a convertir en realidad el más nimio de sus deseos.