Emilio Botín sonríe a su llegada ayer al Tribunal Supremo. :: EFE
ESPAÑA

Botín asegura que jamás se le pasó por la cabeza dar dinero a Baltasar Garzón

El banquero declara en el Supremo que la subvención de los cursos la trató con la universidad y que no es amigo del juez

MADRID. Actualizado: Guardar
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«Nunca, jamás se me pasó por la cabeza dar dinero a Garzón ni tratar cuestiones económicas con él». De un plumazo, el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, rebatió ayerlas acusaciones contra el juez, al que el Tribunal Supremo investiga por los presuntos delitos de prevaricación y cohecho por no abstenerse en una causa contra la entidad bancaria a pesar de ésta subvencionó unos cursos que Garzón dirigió en Nueva York entre 2005 y 2006.

Botín compareció como testigo ante el magistrado que instruye la causa, Manuel Marchena. Durante dos horas y media de declaración, el presidente del Santander mantuvo la tesis de que su banco no trató los patrocinios de los cursos con Garzón, sino que las gestiones se realizaron «directamente» con la Universidad de Nueva York, el centro encargado de organizar las jornadas impartidas por el juez, que el banco patrocinó con 302.000 dólares.

Con esta defensa, Botín quiso contrarrestar las pruebas claves contenidas en la causa, según los querellantes. Se trata de un intercambio de cartas en las que un antiguo delegado del Santander, Gonzalo de las Heras, comunica al banquero las pretensiones de Garzón sobre los cursos y éste, a su vez, agradece a Botín su apoyo con un cariñoso «Querido Emilio» y le expresa en varias ocasiones su agradecimiento por la «financiación» de las jornadas.

«Deferencia»

Según fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio, Botín aseguró que tuvo conocimiento de las jornadas porque su subordinado le informó únicamente por «deferencia jerárquica» y, a pregunta del fiscal, respondió que la persona que aprobó la financiación de los cursos fue Gonzalo de las Heras, el ex responsable del banco en Estados Unidos.

Botín explicó que este tipo de subvenciones son comunes a la entidad, que mantiene patrocinios con más de 800 universidades en 25 países. A la pregunta de por qué eligió la Universidad de Nueva York, respondió que era un centro «altamente atractivo» para el banco y que desde entonces mantienen un convenio de colaboración.

En otro momento de la declaración, el magistrado del Supremo interrogó a Botín sobre las causas judiciales abiertas al Santander en el momento de la celebración de los cursos, y éste contestó que unas treinta en diferentes instancias judiciales, y dos de ellas en la Audiencia Nacional, aunque en ninguna de ellas el instructor era Garzón. Cuestionado sobre si era amigo del juez, dijo que no, que se conocían desde la época en la que Garzón trabajó en Interior entre 1993 y 1994, cuando el banquero pidió una audiencia para tratar acciones contra el blanqueo de capitales. Pero de relación de amistad, nada de nada.