Economia

Renace el miedo a la deflación al caer el IPC sin energía ni alimentos

MADRID. Actualizado: Guardar
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Renacen los temores a que la economía española entre en deflación, el peor escenario económico, caracterizado por una caída general y persistente de los precios que hunde el conjunto de la actividad, lo que provocaría más paro. La tasa anual de inflación subyacente, indicador que excluye del cálculo del IPC los elementos más volátiles como los alimentos frescos y la energía, cayó en abril tres décimas hasta el -0,1%, con lo que entró en terreno negativo por primera vez desde agosto de 1986, cuando el INE comenzó a calcularla.

El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, consideró esa caída de la inflación subyacente «algo puntual» que no se mantendrá en los próximos meses, y la atribuyó a las diferencias de calendario. En ese sentido, explicó que parte de la Semana Santa este año cayó en marzo pero en 2009 fue toda en abril. De ahí que el mes pasado los precios de los productos turísticos (viajes y hoteles) y otros componentes del segmento de ocio y cultura fueran inferiores a los de doce meses atrás.

La tasa anual del IPC aumentó una décima en abril, hasta el 1,5%, por las alzas de los carburantes y combustibles (21,3%) y de los productos energéticos (16,7%). Esos encarecimientos obedecen a que en abril de 2009 el barril de petróleo rondaba los 40 dólares, pero en abril de este año superaba los 80. En cambio, hubo recortes anuales en bienes industriales sin productos energéticos, bienes industriales duraderos y alimentos frescos.

En términos mensuales, los precios subieron en abril un 1,1% respecto de marzo. Los principales aumentos se observaron en vestido y calzado, un 9,5% por el inicio de la temporada de primavera-verano; en transporte, 1,5% por los incrementos de los carburantes y en vivienda, un 0,7% por la subida del gas y el gasóleo.

Por el contrario, en el cuarto mes del año bajaron un 10,7% los viajes; las comunicaciones cayeron nueve décimas y los alimentos y bebidas una décima, por el abaratamiento de la leche y de los lácteos.