La Eurozona hace piña con el país heleno

Zarandeados por los mercados financieros y por opiniones públicas internas muy críticas con el desarrollo de los acontecimientos, los dieciséis líderes de la Eurozona intentarán hoy en Bruselas hacer piña en torno a Grecia, buscando conjurar las amenazas que pesan sobre la moneda común.

Ésta es una cumbre atípica, en la medida en que sólo los países que forman parte de la moneda común asistirán a ella. Constituye, guste o no, una visualización de la «Europa de dos velocidades» que la UE ha intentado evitar, pero que ha terminado por imponerse ante la constatación de las disparidades de sus miembros.

Sobre el papel, el encuentro tiene por objetivo mostrar el apoyo de los principales responsables de la Eurozona al plan de apoyo a Grecia. Pero la canciller alemana, Angela Merkel, con el respaldo del presidente francés, Nicolas Sarkozy, se ha propuesto aprovechar la ocasión para lanzar una reforma mayor en los hábitos económicos de la Eurozona.

En una carta remitida al presidente permanente del Consejo, Herman Van Rompuy, y al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, los mandatarios de Alemania y Francia abogaron por un refuerzo de la gobernanza económica de la Eurozona, ante la evidencia de que el plan griego no va a ser suficiente para calmar a los mercados financieros. «No basta con dar respuesta a esta crisis (la griega). Debemos ir más lejos y extraer conclusiones, tomando cuantas medidas sean necesarias para evitar que una crisis de esta naturaleza pueda reproducirse».

A juicio del eje franco-alemán, la mejora del gobierno económico de la Eurozona pasa por el refuerzo de la vigilancia presupuestaria de sus integrantes, la extensión de esa vigilancia a factores económicos estructurales y a la competitividad y el establecimiento de un «marco robusto» para la resolución de crisis «que respete el principio de responsabilidad presupuestaria de cada Estado miembro».