Zapatero: «Hay motivos para la confianza en nuestra economía»

José Luis Rodríguez Zapatero salió ayer al ruedo determinado a sostener contra viento y marea que la semana negra que sufre la Bolsa, las dudas de los mercados sobre la fortaleza de la economía nacional y los artículos que ha dedicado la prensa internacional a la situación económica no responden a problemas o dificultades que tiene España.

Nada de lo ocurrido en las últimas horas ha logrado mover un ápice el discurso del jefe del Ejecutivo: «tenemos los primeros datos positivos de la salida de la crisis», insistió. «No son rumores, no son hipótesis. Son los datos, son los hechos». De poco sirvió el día anterior que machacara con esto mismo. La especie sobre un supuesto recurso de España por más de 200.000 millones de euros al Fondo Monetario Internacional y una rebaja de la calificación de deuda por parte de las agencias Moody's y Fitch se extendió como la pólvora y dinamitó las bolsas. Este martes, el «acuerdo» con Rajoy tampoco obró el milagro y el Ibex 35 siguió cayendo.

Aún así el presidente del Gobierno insistió en que la solución no sólo está en España. «Esto requiere una respuesta europea», alegó. Su tesis es que en realidad la economía española no es más que la víctima propiciatoria de un ataque especulativo contra el euro y que el remedio está en que todos los líderes del Eurogrupo se presenten el viernes «como una piña» para dejar constancia de su determinación a preservar la unidad monetaria y no dejar nunca caer a sus socios en problemas.

Los planes en marcha

El presidente del Gobierno consideró que otra explicación no tiene sentido en este caso porque «los datos económicos que estamos conociendo en los últimos días son positivos en cuenta a consumo, producción industrial, ingresos del Estado, y el paro de abril». ¿Que el plan de reforma de las pensiones parece aparcado? ¿Que sigue sin haber acuerdo para la reforma del mercado laboral? ¿Que el recorte del déficit público no es drástico? Lo importante, a juicio de Zapatero, es que «todos los planes están en marcha y decididos, y lo que todos estamos esperando son los resultados».

Rajoy se mostró convencido de que para persuadir al mundo económico de la seriedad de los planes gubernamentales habría que meter más tijera en el gasto público. Pero según el presidente del Gobierno, además de ser incoherente con las propias demandas que hace el PP -mantenimiento de las ayudas directas para la compra de automóviles hasta 2011 o más dinero para los ayuntamientos- el líder opositor «está equivocado». «Pondría en riesgo el crecimiento económico y en consecuencia la creación de empleo», sentenció con rotundidad.