EL RAYO VERDE

Estrategias

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Por mucho que se difunda mil veces un mensaje, no se convierte en realidad. Aunque lo quisiera Goebbels, con perdón. O sea, que aunque Cabaña y Pérez Peralta, sobre todo, se empeñen en repetir como un mantra, en sus múltiples y estratégicas apariciones en el «candelabro», que todo está tranquilo en el PSOE gaditano y que sólo hay, más o menos, inventos de los periodistas, no se lo creen ni ellos que, entre tanto, contribuyen de manera fría y calculadora a agitar el avispero a su conveniencia.

«Está fea la cosa en Cádiz», decían el otro día en Sevilla fuentes socialistas muy autorizadas, que no dudaron en hablar de «tensión», y dura, en la ejecutiva pasada. A esos niveles se sabe muy bien qué sucede aquí y sobre todo quién es quién, de dónde viene y de qué va. Las ideas están claras. Por ejemplo, se aprecia a Pizarro, se descarta a Chiqui Pérez Peralta porque no da la imagen de un partido de gobierno, se recuerdan los vaivenes de Cabaña de una a otra «familia» socialista, hasta no saber muy bien dónde está de pie ahora. Aunque al secretario provincial no le faltan tablas, ni labia, para intentar reconducir la situación, la impresión es que lo tiene crudo. Las cosas de la política: él que contribuyó a renovar su partido más de lo que antes se había hecho, y que enarbola los nombres de los alcaldes de Sanlúcar y Barbate como victorias personales, puede quedar como el mayor resistente a dejar la poltrona.

El regional va a dar un golpe en la mesa, pero con diplomacia: dejará que fluyan los procedimientos y hará lo que tenga que hacer. En este sentido, es muy llamativa la decisión de amnistiar a los críticos de Blanca Flores, con la excusa de que los blogs son otro espacio, que se sienta un precedente, que la profesora gaditana es un activo que el partido no puede desperdiciar, o, incluso, para hacer valer el principio de autoridad y hasta para utilizar a este grupo para doblegar a los rivales, aunque los militantes echen las muelas.

Mientras, los supuestos candidatos a la alcaldía de Cádiz se lo curran con mayor o menor fortuna. De manera muy oportuna, Marta Meléndez ha sacado el descuadre de las cuentas del área de Deportes de Ayuntamiento y lo está defendiendo como una demostración de su contundencia y su estilo (califíquelo cada uno como le parezca). Más torpe ha sido Silvia López, la delegada de Medio Ambiente que juró su cargo en un llamativo loor de multitudes, con dos consejeros, Pizarro y el suyo, Díaz Trillo. Pues Silvia López se colocó un casco y se fue a visitar La Martona... como si no fuera el mayor fracaso de gestión que pueda darse, y mira que el listón está alto, y asociarse a semejante fiasco le fuera a aportar algo más que el mal olor que de allí sale. Bibiana y Pizarro, entre tanto, apoyan al que sea con tal de que nadie vuelva a mentarlos.

Emilio Aragón, de quien un reputado analista local se sigue preguntando por qué no lo ponen de candidato de una vez, se ha ido de vacaciones a Cuba. Debe ser el único que de verdad esté tranquilo, como dice Cabaña, que se encuentra en su partido. Lo ha escrito el siempre lúcido Ramoneda: «Evidentemente, el objetivo de la política no es la verdad».