TÚ A CHICLANA, YO A CALIFORNIA

La Fiesta de la Rosa, la fiesta anual que convoca el PSOE de Cádiz cada Primavera en Chiclana, se verá reforzada hoy domingo por la presencia del ex presidente andaluz Manuel Chaves, a la sazón vicepresidente tercero y ministro del Gobierno central y por Luis Pizarro, consejero de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía, que parece haberse desmarcado definitivamente de las rápidas para la elección de candidatos a la alcaldía de Cádiz. También acudirá a la cita Rosa Torres, flamante presidenta del PSOE de Andalucía y ex consejera de Cultura: su presencia es un guiño a la actual ejecutiva andaluza de su partido que, también hoy, acudirá en masa a Granada para arropar el congreso extraordinario de los socialistas de dicha provincia en la que se procederá a la elección de un nuevo secretario general tras el nombramiento de Francisco Álvarez de la Chica como consejero de Educación. Se hace valer, pues, la doctrina Griñán de que los cargos del partido no vengan a coincidir con los del Gobierno autonómico, a excepción de su propia condición de presidente de la Junta y secretario general del PSOE andaluz, al mismo tiempo. O de Gaspar Zarrías, tercer hombre en la ejecutiva federal del PSOE y que mantiene todavía la presidencia del partido en Jaén.

¿Por qué no acuden los socialistas gaditanos a dicha cita? ¿Quizá para evitar el efecto contagio y el viejo adagio sobre las barbas del vecino? Negativo: sencillamente, la Fiesta chiclanera había sido convocada con anterioridad al congreso nazarí. Así que, con independencia de que siga sin existir una plena sinergia entre los socialistas del cantón de Cádiz y los que actualmente dirigen el partido a escala andaluza, no estamos ante un nuevo remake de la célebre película 'Tú a Boston y yo a California'. La fiesta de los socialistas gaditanos tendrá lugar en la Finca El Sotillo, a partir de mediodía de hoy, con almuerzo incluido y autobuses gratuitos que parten desde distintos puntos de la ciudad. A la tribuna de oradores, también se subirán el alcalde José María Román, que el año pasado no pudo acudir a esta cita tras la muerte de su padre en vísperas de dicho encuentro y Francisco Cabaña, presidente de diputación y secretario general del PSOE en Cádiz, que de un tiempo a esta parte parece menos beligerante con la ejecutiva andaluza de la que rehusó formar parte para no sacrificar sus cargos actuales. José Antonio Griñán estará en Granada, respaldando al secretario general saliente que ha cumplido diez años en dichas funciones que ahora deja, según ha referido en rueda de prensa, movido por la convicción de que el servicio a la ciudadanía debe hacerse con compromiso máximo y dedicación plena, por lo que en su nueva etapa el PSOE necesitaría «mucha gente haciendo cosas en vez de poca gente haciendo muchas cosas». Quien quiera entender, que entienda. El presidente andaluz clausurará esta cita en la que, bajo el lema «Granada Puede», probablemente resulte electa Teresa Jiménez como nueva secretaria general. Hasta allí acudirán también los secretarios de organización a escala estatal -Leire Pajín- y autonómica -Rafael Velasco-. La tensión creada por Cádiz a partir del último congreso autonómico lleva ahora a analizar con lupa cualquier gesto por parte de unos y de otros. Cuando la paz interna parecía chachi y todo eran aparentemente plácemes ante el proceso de renovación emprendido tras el relevo de Chaves al frente de la Junta de Andalucía, tampoco acudió Griñán a Chiclana, el pasado año. Allí estuvieron, en cambio, su ya consejero de Gobernación Luis Pizarro y la ministra de Igualdad, Bibiana Aido. Griñán está intentando medir los tiempos y ser extremadamente exquisito para que ninguna decisión suya parezca suponer una injerencia inaceptable en el feudo gaditano: ¿qué se hubiera dicho, por ejemplo, de haber comparecido el presidente andaluz en la presentación del libro de la defenestrada socialista Blanca Flores, 'Por debajo de la puerta', que tuvo lugar el pasado jueves en la Asociación de la Prensa? Y eso que ambos mantienen excelentes relaciones personales más allá de las afinidades o de las distancias políticas.

Es probable que Rafael Velasco asista mañana lunes a la reunión de los lunes del comité local del PSOE de Cádiz: la elección de candidato en la capital sigue siendo una de las asignaturas pendientes a corto plazo, máxime después del órdago del secretario local Chiqui Pérez Periñán al proclamar por su cuenta y riesgo a Marta Meléndez como alcaldable. Ahora, quizá esté en sus manos el que se rompa o no la baraja interna y se precipite la disolución de la agrupación y la creación de una gestora. No sería mala ocasión la fiesta de hoy en Chiclana para que los socialistas allanen el camino hacia las elecciones locales en las mayores ciudades de la provincia: si en la trimilenaria la balanza parece inclinarse cada vez más hacia Emilio Aragón, aunque también suene en los mentideros el nombre del rector Diego Sales, habrá que dirimir si el isleño Fernando López Gil se enfrenta o no en los próximos comicios a la coalición PA-PP, cuyo gobierno municipal ha vuelto a recibir un serio varapalo, esta vez por parte del Tribunal de Cuentas. En Algeciras, lo más probable es que, si el secretario local Rafael España no le hace tirar la toalla, repita el actual alcalde Tomás Herrera, que intentará frenar la ascensión del conservador José Ignacio Landaluce. En Jerez, ya se sabe que Pilar Sánchez volverá a mover ficha a la hora de renovar la alcaldía. Su mayor oponente no será, en ese caso, la popular María José García Pelayo, sino la abstención de sus votantes tras los errores cometidos durante su actual mandato. Lo mismo, incluso, para mantenerse en su cargo, tenga que terminar pactando con el emergente Raúl Ramírez, candidato del PSA, bastante alejado de su mentor Pedro Pacheco.